Con el calorcito tan fuerte de verano a muchos nos da sueño todo el día por bien que hayamos dormido. Pero esto no quiere decir que el desear tu cama sobre cualquier otra actividad sea diagnóstico suficiente para la narcolepsia, “posesión del torpor”, en griego.
De hecho, se trata de un desorden neurológico y genético del que aún no se saben sus causas, pero si, todos sus síntomas:
- Somnolencia excesiva al grado de querer dormir en todo tipo de momentos y sentir la pesadez todo el día, incluso después de dormir.
- Cataplejía: pérdida de control muscular total o parcial.
- Parálisis del sueño: incapacidad para moverse (alrededor de un minuto) al despertar; lo que comúnmente se conoce como “se te subió el muerto”
- Alucinaciones hipnagógicas: cuando el sueño se ve y se escucha tan real, pero con imágenes que causan miedo.
- Sueño nocturno interrumpido. Por más cansancio que tengas te estás despertando a cada rato y en ocasiones ya no puedes recuperar el sueño.
- Y evidentemente las consecuencias de este problema que se ven como síntomas secundarios: pérdida de concentración, depresión, inconsciencia en las acciones, debilidad.
Si te identificaste con estas condiciones aún no puedes decir que tienes problemas con el sueño y por eso nunca llegas temprano a tu trabajo, la narcolepsia se diagnostica con tres pruebas de laboratorio, una de ellas es prueba de sangre por si estás interesado.
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