Pelota. Acrílica sobre cartulina. 21.5 x 28 centimetros.
El frío de aquel sábado estaba para engurruñarnos desde el dedo pequeño del pie izquierdo hasta la paciencia. Ni el calor humano en el atestado vagón del Metro corregía la temblorina agolpada en las rodillas.
Vomitado por el circo máximo, el tipo con rostro pétreo cubierto con los colores del equipo de futbol repetidos en la menguante del hijo -armado con una bandera mustia- y junto a la esposa evadida a la realidad con un refresco consumido a medias, era una repetición mínimamente modificada en la estatura, edad, grosor y vaguedad expresiva en la mayoría de los usuarios del Sistema a esa hora.
El niño sopla estruendosamente su trompeta retadora. Postergamos el discurso en pro de la civilidad en un transporte público, porque en aquel alicaído semblante queda evidenciado el ánimo y el esfuerzo de los jugadores soportados con el gasto de aquellas células sociales a quienes, nada más verles nos negamos toda mínima razón para preguntar ¿quién ganó?
–oo–
Señor comentarista o ¿cronista?, para usted, extraído del María Moliner:
Vestuario. Conjunto de los vestidos de alguna persona; particularmente de los artistas de teatro. Conjunto de vestidos que se emplean en una representación teatral. Mil. Uniforme completo de un soldado.
Vestidor. m. Habitación para vestirse, generalmente con armario en el que está guardada la ropa.
Vestimenta… f. Conjunto de prendas de vestir de alguien…
Vestido: …
3m. Prenda de vestir, cualquier pieza de tela, piel, etc(cétera), que se pone sobre el cuerpo para cubrirlo…
Y, aún los pequeños diccionarios escolares contienen la diferenciada de uso entre táctica y estrategia; más o menos aclaran los terrenos de la filosofía y no contemplan el uso de la palabra mística en una actividad que ya en sí ni siquiera es lúdica… a menos que declaremos sinceramente que ese espectáculo es el ára de Caco.
(Y por favor, añadido al ahorro de gracejadas y sobrenombres bobalicones, no afirme usted que el jugador zutano, el director técnico mengano o el árbitro perengano pensó tal o cual cosa, porque, a más de coherencia entre los hechos y los dichos, aceptar que usted es mentalista ya nos queda de subida. Fuera de esos detalles, usted es verdaderamente un sabio en el deporte de las diecitantas reglas).
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