En un país alejado a la divulgación y respeto por las ciencias, inclinado más en favor de los falsos héroes del escándalo, junto a la fosa temporal de Josefa de los Ríos (la “Fuensanta” de López Velarde) en el Panteón Francés del Viaducto, un monumento indica que ahí permanecen los restos de uno de aquellos que fuera rama extensiva en los anhelos mexicanos por la divulgación de las ciencia prohibidas al conocimiento colectivo. Y si algún yerro contiene este mínimo reconocimiento, deriva de la ignorancia personal en este saber rico en promesas para el desarrollo humano y la armonía entre los seres.
Sotero Carlos Salvador Prieto Rodríguez nació en Guadalajara, Jalisco, el 25 de diciembre de 1884. Hijo de Raúl Prieto González Bango (Ingeniero en Minas y profesor de matemáticas) y de Teresa Rodríguez, estudió en su ciudad natal y en el Instituto de Real del Monte de Estado de Hidalgo. A los trece años inicia su instrucción preparatoria en el Instituto Colón de don Toribio Soto y los culmina en la Escuela Nacional Preparatoria en el transcurso del año de 1901. En 1902 ingresa a la Escuela Nacional de Ingenieros en la cual culmina sus estudios sin obtener el título correspondiente, aun con ello, el casi Ingeniero Civil fue profesor en la misma Escuela Nacional Preparatoria, en la Escuela Nacional de Ingenieros y en la Escuela Nacional de Altos Estudios (después denominada Facultad de Filosofía y Letras, de la UNAM).
En 1912 imparte el primer curso avanzado de matemáticas en la Escuela Nacional de Altos Estudios. En el curso de Funciones analíticas era considerado una autoridad cuando contaba entonces con 27 años.
Al influjo poético de su tía, Isabel Prieto de Landázuri (considerada la primera poetisa romántica en México), su lenguaje le permitió extraer la certeza del término y la facilidad conceptual que le distinguieran.
Precursor de la Sociedad Mexicana de Matemáticas, tras señalar el atraso del estudio y aplicación de las matemáticas en México, en 1932 reunió a un grupo de sus discípulos y formó la sección de matemáticas de la Sociedad Científica “Antonio Alzate”, antecesora de la actual Academia Nacional de Ciencias de México.
Por sus conocimientos y notabilidad, Sotero Prieto fue invitado al Instituto Científico y Literario de Toluca para aplicar los exámenes a los candidatos a maestros de matemáticas. El autor de textos sobre materias que con nuestra ignorancia y desprecio resultan abstrusas: Enseñanzas de las Matemáticas, Convergencias de series, Geometría Cinemática, Secciones Cónicas y un etcétera ignorado para todo profano en este conocimiento, fue maestro de Alfonso Nápoles Gándara (más tarde Director del Instituto de Matemáticas), Manuel Sandoval Vallarta (físico mexicano, primero en obtener reconocimiento internacional), Nabor Carrillo Flores (coordinador de Ciencias y posteriormente rector de la UNAM), Carlos Graef Fernández (Director del Instituto de Física y de la Facultad de Ciencias), Alberto Barajas Célis (visionario del desarrollo de las matemáticas y posteriormente Director de la Facultad de Ciencias en su UNAM), don Javier Barros Sierra… matemáticos, físicos e ingenieros olvidados, ellos y otros merecedores de una exhaustiva puesta al día por méritos propios. La biblioteca del Instituto de Matemáticas de la UNAM lleva por nombre el del maestro Sotero Prieto Rodríguez, fallecido el 22 de mayo de 1935.
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