Hoy día todo mundo habla sobre hacer ejercicio, la televisión vende toda clase de apartados que pareciesen maravillosos: incluyen 300 formas distintas de hacer ejercicio, son ligeros, son plegables, es más, hay algunos que con sólo mirarlos te prometen bajar de peso.
Bueno, dentro de estos maravillosos anuncios, uno captó mi atención, ya que te permitía hacer ejercicio anaeróbico y aeróbico. Lo cual me dejó pensando. Ya que siempre me ha costado trabajo entender cómo es posible separar entre ejercicio con respiración y sin respirar. Y es, que, aeróbico hace referencia al ejercicio que necesita de oxígeno, mientras que anaeróbico al que no necesita de oxígeno.
Considerando que algunos de ustedes hayan tenido la misma discusión interna, les traigo una solución muy sencilla a este dilema:
El ejercicio aeróbico es aquel de baja o media intensidad, pero de larga duración, por lo que se requiere de oxígeno para que mediante éste se lleve a cabo el proceso químico para quemar grasas y proteínas. Algunos ejercicios de este estilo puede ser el correr, nadar o la bicicleta.
Mientras que el ejercicio anaeróbico es justo lo contrario, son de poca duración pero de alta intensidad. Se utiliza energía de fuentes inmediatas por lo que no se requiere de oxígeno para quemar nutrientes. De este estilo son el levantamiento de pesas y las carreras de velocidad.
Así que, como ven, no es tanto cosa sobre respirar o no respirar, sino sobre qué clase de procesos químico lleva a cabo nuestro cuerpo para obtener los nutrientes necesarios a la hora de hacer ejercicio.
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