María Elena Álvarez-Buylla Roces, Directora General del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), dijo que la ciencia debe ser un elemento esencial para coadyuvar en la solución a los problemas ambientales de México. Declaró que se debe tener una nueva perspectiva ante los retos nacionales y recordó que la ecología debe ser un eslabón esencial a ser respetaba en sus ciclos y limites que de sobrepasarse dañarán al propio humano.
Esta importancia multidisciplinaria es esencial a ser retomado para pasar a una lógica de cooperación entre los diversos actores involucrados en el sector. Se debe avanzar sin importar si son pocos o muchos los recursos se debe seguir caminando hacia adelante en estos rubros.
Indicó que se tiene diversos problemas en México como es la inequidad ineficiente, analfabetismo, retos en salud, deterioro ambiental, violencia institucional, los cuales se deben atacar de forma multidisciplinaria y que los tomadores de decisión los atiendan con base a que estimen a la ciencia parte fundamental de solucionar estos conflictos.
Dijo que se buscará invitar a colaborar a los más de 30 mil doctorados que están en grandes empresas y en el extranjero y que son egresados del Conacyt para así resolver los programas estratégicos de agua, salud, industrias, conservación ambiental, la desigualdad y visión comunitaria.
A pregunta expresa de este reportero, declaró que el gobierno federal tiene en el nuevo Plan Nacional de Ciencia y Tecnología (por anunciarse) tendrá entre sus componentes el señalamiento de diversas problemáticas ambientales en donde las ciencias y las humanidades tienen como obligación ser el motor y punta de lanza para dar soluciones sustentables a dichos sectores.
Ejemplificó como es la contaminación de diversas cuencas hidrológicas en México, en donde se ha llegado a presentar diversas epidemias contagiosas por la proximidad de personas que viven en proximidad de cuerpos de agua contaminados.
“Se ha detectado a niños cercanos a cuencas con padecimientos como es la leucemia, que es un tipo de cáncer de la sangre y eso sugiere que la toxicidad es latente en los suelos y el agua contaminada o combinación de ambos”, dijo.
Estos factores están transmitiendo estos males que provoca que las medias internacionales de estas enfermedades en nuestro país se eleven y se presenten hoy en niños, cuestión no antes vista en dichos niveles en el territorio. “Esto nos carcome y duele y hace preguntarse a la ciencia sobre los factores de riesgo y la asociación de estos males, las bases biológicas sistémicas, etc., pero con investigación debemos aportar soluciones a estos retos”.
La destrucción ambiental no sólo es la acumulación de toxicidad, asociadas al desarrollo urbano e industrial con poca visión a futuro. Por ello, subrayó, la Federación buscará cambiar estos paradigmas para hacer converger el bienestar social y ambiental con el mayor desarrollo científico y compromiso que éste a favor de los más necesitados.
Por su parte, José Sarukhan, presidente de la Comisión Nacional de Conservación y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), dijo a este reportero que en materia de investigación científica de la biodiversidad biológica se tienen diversos avances en México, ya que se ha logrado producir la información que se requiere de los organismos endémicos en el territorio, pero se tienen áreas con grandes retos.
Añadió que “existen esfuerzos en el estudio de microbiótica y microorganismos del suelo que es un mundo desconocido en México y buena parte del mundo, ya que existe una gran posibilidad de su uso y aplicación de estos organismos para aspectos de mejora ambiental, sector industrial, etc, y espero, dijo, los estudios que se deben hacer en el país, lo realicen investigadores nacionales y que no suceda lo que en muchas ocasiones que lleguen empresas extranjeras y se apoderen de la microbiótica mexicana y no dejen beneficios al país”.
Indicó que “existen miles de cactáceas que salen a Japón, entre otras naciones, y son cientos de miles de materiales de especies de flora con valor ornamental que a lo largo de muchos años han salido del país. Agregó que no es sólo pedir “no toquen”, ya que la mejor manera de evitar la biopiratería es trabajar en aprovechar de buena forma lo que se tiene en los ecosistemas mexicanos.
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