La carpeta contiene las letras del “Ave María”, “Letanía”, “Esta noche es Nochebuena”, “25 de diciembre”, “El niño del tambor”, “La blanca Navidad”, “Campana navideña”, ”Hermosa noche de Navidad”, “Noche de paz”, Adestes fideles ( ‘Venid fieles’)” y:
Gloria a Dios en las alturas
y en la tierra al hombre paz,
ha nacido el Dios del cielo,
vamos todos al portal.
Zagalillos entonemos
nuestro canto pastoril
y llevadle los corderos
más hermosos del redil.
(Se repite la segunda cuarteta y en seguida la primera.)
Con esta selección de gozos en su cartera, el doctor Gerardo Callejas Hernández continúa el esfuerzo por preservar una de las tradiciones encarnadas en el colectivo mexicano, el novenario conocido con el nombre de “aguinaldo” a partir de fines del siglo XVI.
Aún la herencia evangelizadora late en las casas, municipios, poblaciones y ciudades mexicanas para preservar lo que al interés en la catequización española añadiera el sentir y aporte popular en las formas y el aroma frutal contenido en las piñatas.
El doctor Gerardo Callejas Hernández es de esos afanosos continuadores de las prácticas mexicanas a partir de “…la ordenanza de fray Juan de Zumárraga para la escenificación de una ‘Farsa de la Natividad Gozosa de Nuestro Salvador’…” habidos en los escritos de fray Andrés de Olmos, de “Motolinia”, del doctor Ángel María Garibay Kintana, Francisco del Paso y Troncoso, del abogado, escritor, dramaturgo y diplomático mexicano Julio Jiménez Rueda, de don Miguel León Portilla… sin olvido al aporte de Sor Juana Inés de la Cruz; cada cual con sus circunstancias y posibilidades.
La tarea de salvar y difundir las tradiciones “… suele confundirse con objetivos sin valor, antiguallas inútiles, afanes innecesarios y actividad de literatos dados a recordar vejestorios, pretendiendo vivir o resucitar aspectos de la vida social enteramente inservibles”.
Y del villancico, las posadas germinan en los relieves, en la pintura, en la escultura, en la vívida representación y en la rústica o compleja imaginación colorida de los “nacimientos” tradicionales mexicanos que para distinguir a la Navidad mestiza mexicana acogen la belleza de la flor de Nochebuena.
Buenas, barrocas y admirables son las flores
en la noche de los corazones buenos,
esencia de buenos corazones en las noches,
buenas noches con sus flores para todos
los corazones en la Nochebuena.
1 Tomado de la página 11 de la carpeta del doctor Gerardo Callejas Hernández.
2 Página 9 de “La Navidad mexicana en el siglo XVI”. Luis Rubló, autor y coordinador en Artes de México número 157, 1972.
3 Idem, página 5.
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