¿Quién no ha visto la serie de los Supersónicos? Segura-mente todos nosotros hemos crecido con esta serie, o si no crecido, algunos de ustedes la habrán vivido acompañados de sus hijos, pero difícilmente alguien se ha salvado. La caricatura relata la historia de una familia futurista tradicional (mamá, papá, dos niños y mascota), y está centrada en el año 2062, año para el cual las casas están sostenidas por gigantes soportes en el universo y la gente se transporta en autos que vuelan. Muy al estilo de la película Volviendo al Futuro, en la que hasta las patinetas volaban.
Y lo más bello de todo, el sueño de todo niño y adulto, la serie cuenta con Robotina, una mucama robot que se encarga de hacerles la vida más fácil a todos. No, me retracto. Lo más bello de la historia es el hecho de que el papá, Super Sónico, únicamente tiene que trabajar tres horas al día, tres días a la semana. ¿Se imaginan?, ¿una semana laboral de 9 horas?, ¿creen que así sea el futuro?
Pero bueno, todo esto viene a que, en el año 2000 se esperaba que el mundo acabara, posteriormente en el año 2012 con la mal interpretación de la profecía maya, y al final, aquí seguimos. Seguimos entre grandes avances de la ciencia, rompiendo todos los paradigmas de la ciencia ficción, yendo más allá de lo que Julio Verne logró imaginar, y ahora un robot mucama no es una fantasía, tampoco transportes terrestres voladores (como el tren que se despega del suelo), poco más difícil lo de la semana laboral de 9 horas, pero ciertamente se han alcanzado más derechos laborales. Lo que nos invita a pensar ¿cómo será la vida en unos años?, ¿será en el planeta Tierra, o en Marte?, como los estudios que aseguran se podrían crear las condiciones idóneas para sobrevivir en el planeta rojo, ¿cómo nos transportaremos?, ¿cuánto viviremos? Definitivamente con este año nacen muchas promesas para la imaginación y la ciencia no tan ficción –futurista-.
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