Añeja propuesta de Beymar López Altuzar, presidente de la Unión Nacional de Organizaciones Mexicanas para el Desarrollo Integral de la Ecología. Se trata de instituir un centro que agrupe carreras relacionadas con asuntos del Medio Ambiente: estudio, preservación, desarrollo de sus recursos.
Un ambiente sano corresponde a la tercera generación de los derechos humanos. “En la Declaración universal de los derechos de los pueblos (Argel, 4 de julio de 1976), se afirma: ‘…todo pueblo tiene derecho a la conservación, protección y mejoramiento de su Medio Ambiente, reconociéndose que…’ al ejercer los derechos precedentes, todo pueblo debe tener en cuenta las necesidades de coordinar las exigencias de su desarrollo con las de solidaridad entre todos los pueblos del mundo». (www.juridicas.unam.mx/publica/rev/boletin/cont/82/art/art9.htm)
“En las Naciones Unidas, también se ha reflejado esta inquietud por el medio, al reconocerse, en 1982, que existe una preocupación, común a todos los países del mundo, por la contaminación que alcanza niveles peligrosos en agua, aire, tierra y los seres vivos; la necesidad frecuentemente urgente de conservar los recursos naturales no renovables; las posibles perturbaciones del equilibrio biológico de la biosfera, emergentes de la relación del hombre con el Medio Ambiente, y las actividades nocivas para la salud física, mental y social del hombre en el Medio Ambiente creado por él, particularmente en el medio de vida y de trabajo.” (Ibídem).
Congruente, la ONU propuso los Objetivos de Desarrollo del Milenio. 189 países aprobaron la Declaración en la Cumbre de las Naciones Unidas de septiembre del 2000. Los Objetivos son ocho, se intenta alcanzarlos para 2015. Uno de ellos, garantizar la sustentabilidad del Medio Ambiente; incorporar los principios del desarrollo sustentable en las políticas y los programas nacionales; invertir la pérdida de recursos naturales; reducir la pérdida de diversidad biológica; reducir a la mitad, para el 2015, el porcentaje de personas que carezcan de acceso al agua potable.
Enrique Martínez y Martínez, secretario de Agricultura, recibe la propuesta de Beymar López Altuzar.
Atento Héctor René Garác Oviaoles, coordinador de Vinculación Sectorial.
El Presidente Enrique Peña Nieto conoce, entiende y atiende las preocupaciones del país, y del mundo, por la preservación del medio. De allí que en su discurso sea alusión frecuente el desarrollo sustentable, uno de los ejes en su construcción de políticas públicas.
Con semejantes antecedentes es posible afirmar: la universidad propuesta no sólo es pertinente, sino viable. Se propone Chiapas para establecerla por su valor ambiental. Si México ocupa el cuarto lugar en el mundo en biodiversidad, aquella entidad es primera en el ámbito nacional. Bien lo dijo allá el presidente de la República al anunciar la cruzada contra el hambre. Si además encontramos a un gobernador, Manuel Velasco Coello, que como senador vio con buenos ojos el asunto, podemos derivar: estamos ante un escenario propicio al propósito.
Beymar ha avanzado en la promoción. Lo ha hecho en reuniones del Consejo Mexicano para el Desarrollo Rural Sustentable, presidido por Enrique Martínez y Martínez, secretario de Agricultura y presidente del Consejo. Lo presentó ante las autoridades educativas de regímenes pasados, no hubo respuesta. Hoy las circunstancias son diferentes. Al frente de la SEP está un servidor público de apreciación distinta de los valores ambientales, por origen y formación, Emilio Chuayffet Chemor.
Los hechos conducen a suponerlo: la creación de la Universidad para el Desarrollo Rural Sustentable es cuestión de poco tiempo.
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