México requiere de 80 mil millones de pesos anuales, sostenidos, para invertir en nueva infraestructura hídrica y mantenimiento. Escenarios como los que se vivieron en Monterrey, en donde la sequía afectó la disponibilidad de agua, dejan ver con claridad una tendencia que se está convirtiendo ya en una constante año con año de acuerdo con un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Agua Capital
Sobreexplotación, mala optimización para el uso del agua en el sector agrícola y la pérdida de líquido a través de fugas, son las principales causas para el desabasto de recursos hídricos en México, así lo señala el análisis «Perspectivas del agua en México: propuestas hacia la seguridad hídrica», presentado este en el Club Industrial en San Pedro Garza García, NL.
Junto con ello, las condiciones de cambio climático con escenarios de sequía que se vivieron el año anterior en el Valle de México y el estado de Hidalgo y actualmente en ciudades como Monterrey y los estados de Baja California, Chihuahua y Sonora, lo que deja ver con claridad una tendencia constante año con año.
El Consejo Consultivo del Agua, que preside Raúl Rodríguez Márquez, el Instituto para la Protección Ambiental de Nuevo León, a cargo del Mtro. Horacio Martínez Reyes y el Fondo »’Ambiental Metropolitano, bajo la dirección del Mtro. César Rafael Chávez, organizaron la presentación del documento que estuvo a cargo del doctor Fernando J. González Villarreal, Coordinador Técnico de la Red Agua de la UNAM y Director del Centro Regional de Seguridad Hídrica, bajo los auspicios de la UNESCO, y contó con la colaboración de Eduardo Vázquez Herrera, Director Ejecutivo de Agua Capital, Fondo de Agua de la Ciudad de México.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), en México, 76% del agua concesionada se destina a usos agrícolas –agrícola, pecuario y acuacultura–; 15% al uso público urbano-doméstico y otros usos conectados a las redes de agua potable; 5% al uso no doméstico autoabastecido –industria, comercio y servicios–; y 4% a la generación de electricidad, excluida la hidroelectricidad.
Las pérdidas por fugas superan el 40% del volumen de agua que ingresa en la mayoría de los sistemas de agua potable. Además, 60% de los cuerpos de agua presentan algún grado de contaminación y sólo 50% del volumen recolectado en alcantarillado recibe tratamiento, esto sumado a que 71% del territorio nacional presenta grados altos de presión hídrica.
Escenarios como los que se vivieron en Monterrey, en donde la sequía afectó la disponibilidad de agua, dejan ver con claridad una tendencia que se presenta año con año. Históricamente, en el estado de Nuevo León, 6 de cada 10 litros de agua destinados a los hogares vienen de las presas (datos de CONAGUA para el Plan Hídrico Nuevo León 2050). La industria se abastece en su totalidad de aguas subterráneas, mientras que la agricultura lo hace a través de aguas tanto superficiales como subterráneas.
Por otro lado, los principales factores que han limitado el acceso al agua en el país están asociados a la insuficiente inversión en infraestructura hidráulica, misma que ha decrecido paulatinamente, aunado al desperdicio del agua derivado de las bajas eficiencias de uso. México requiere una inversión de 80 mil millones de pesos anuales, sostenidos, para invertir en nueva infraestructura hídrica y mantenimiento.
El análisis concluye que garantizar el acceso al agua segura para todos los mexicanos es un derecho fundamental.
Fuente Comunicae
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