Los cambios epidemiológicos y demográficos que experimenta México, donde las enfermedades infectocontagiosas están siendo superadas por las crónico-degenerativas son causa de que la pirámide poblacional se haya invertido, afirmó José Luis Sampedro Hernández, investigador de la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Esta combinación que se prevé aumente en las siguientes dos décadas por el crecimiento del número de adultos y de padecimientos como la diabetes que representa una “bomba de tiempo” para cualquier sistema de salud, señaló Sampedro Hernández.
El docente alertó que el reto del sector público de salud es enorme, si se toma en cuenta que, por ejemplo, hay una concentración de infraestructura médica en pocas entidades, ya que, según la Secretaría de Salud, 50 por ciento del total de hospitales del país está ubicado en sólo nueve estados.
Además, indicó que 17 por ciento de los mexicanos no tenía derecho a servicios de salud en 2012, lo cual dificulta el otorgamiento de atención de alta especialidad a población rural y de escasos recursos.
Habló de la importancia de incluir las tecnologías de la información y la comunicación (TIC´s) para producir cambios positivos en el plano organizacional y mejorar los procesos de gestión del conocimiento.
Señaló que “a través de hardware, software y terminales médicas conectadas a un equipo es posible acercar servicios de especialidades médicas a población rural y de escasos recursos”.
La telemedicina y el expediente electrónico son herramientas que permiten administrar la información de los pacientes en un sistema de salud, al tiempo que influye en el hallazgo de mejores técnicas, procesos de diagnóstico, tratamiento, monitoreo, evaluación y prevención de enfermedades.
En coautoría con el doctor Ingo Bode, catedrático de la Universidad de Kassel, en Alemania, el investigador expuso parte de su trabajo Paradojas de la internacionalización de la gestión pública. La reforma al sector salud, explicando que el gobierno federal pretende garantizar la prestación universal de los servicios de salud a partir de la desorganización y la fragmentación.
Apuntó que el sistema de salud mexicano está sujeto a cambios derivados de las distintas agendas políticas, que no permiten la consolidación ni el crecimiento y que, en comparación con experiencias internacionales como las de Alemania y Noruega, coincide con un marcado gerencialismo orientado al mercado.
Mencionó que “la introducción del seguro popular genera fuertes espacios para el clientelismo a través de negociaciones interorganizacionales y dentro de los diferentes niveles de gobierno dando paso a problemas en la transparencia y la rendición de cuentas, un aspecto que se repite en toda Latinoamérica”.
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