Cabe recordar que hace poco más de un mes el Acueducto del Padre Tembleque fue nombrado Patrimonio Mundial de la Humanidad. Ello en honor a esta obra hidráulica del siglo XVI, un acueducto de casi 50 kilómetros de distancia que corre a lo largo de dos estados del país. Construcción, comisionada por el fraile franciscano que le dio su nombre para abastecer de agua a los indígenas de la región.
Este monumento se compone de una arquería principal que se levanta a una altura de casi cuarenta metros, se extiende a lo largo de casi un kilómetro y se encuentra en el municipio hidalguense de Zempoala, cerca de la población de Santiago Tepeyahualco.
Los Arcos del Padre Tembleque es una auténtica maravilla arquitectónica que no tiene nada que envidiar, por ejemplo, a los acueductos construidos por los romanos en Europa. La impresionante obra hidráulica alcanza su máxima expresión en Hidalgo y, más concretamente, en Zempoala, donde se encuentra la Arquería Mayor, también llamada Arcos de Tepeyahualco por su proximidad con la población de mismo nombre.
Este municipio tiene mucha historia, ya que en el mismo se comenzó la evangelización de Hidalgo. Por ello, no es raro encontrar en el territorio antiguos conventos tales como el agustino Ex Convento de Todos los Santos. También se aprecia la influencia agustina en La Picota, columna de piedra decorada con jaguares que servía como rollo: su función era marcar el límite entre el municipio de Zempoala y la desaparecida población de Zacuala. La Picota se encuentra en la Plaza Principal.
Por otro lado, el sur del estado de Hidalgo es tierra de haciendas pulqueras. Una de la más bellas se encuentra en el mismísimo corazón de Zempoala, donde don Cesáreo Enciso construyó la Hacienda Casa Grande. Aún hoy funciona como mesón y permite a los visitantes dar una vuelta por sus instalaciones y comer con vista a la Plaza Principal (previa reservación). También cuenta con un pequeño hotel y es posible rentarla para eventos privados.
Hacia el sur, a 22 kilómetros de Zempoala, se encuentra el municipio de Tepeapulco, que fue territorio de los franciscanos, quienes dejaron su legado en edificaciones como el Ex Convento de San Francisco, hogar de fray Bernardino de Sahagún, autor de la Historia General de las Cosas de la Nueva España, crónica que desde 1577 ha sido una de nuestras principales fuentes para conocer los usos y costumbres del México virreinal.
A tan sólo 15 kilómetros hacia el sur de Tepeapulco, entre aquellos llanos puntuados por magueyes, inmortalizados por Sergei Eisenstein, ésta el municipio de Apan, donde se levanta el Ex Convento de la Asunción, cuyo impresionante retablo barroco es una cosa digna de ver. Construido por Lorenzo Rodríguez, responsable también del sagrario de la capitalina Catedral Metropolitana.
Los llanos que rodean Apan dan testimonio de un esplendoroso pasado pulquero de Hidalgo. Aún cuando muchas de las haciendas ya no están activas, algunas resisten al paso del tiempo, como es el caso de la Hacienda San Antonio Tocha.
Para llegar a Zempoala desde la Ciudad de México se debe ir por la autopista Pirámides-Tulancingo (federal núm. 132). En la primera desviación a Ciudad Sahagún-Pachuca dar vuelta hacia el norte, rumbo a Pachuca; Zempoala se ubica a cinco kilómetros de ahí (y a 25 km al sur de Pachuca).
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