Rafael H. Rivera
En recientes fechas, ha estado circulando en diversas redes sociales un video de un capacitador de primeros auxilios, con el tema de RCP (Reanimación Cardiopulmonar) que pareciera más una clase de Zumba que acciones para ayudar a una persona con paro cardiorrespiratorio.
La primera pregunta que surge cuando se busca la capacitación seria en esta materia y al buscar proveedores, por medio de internet, surge una gran cantidad de capacitadores que ofrecen servicios en precios que van desde los $300.00 en adelante, dependiendo de los módulos.
Al respecto, en entrevista con Mi Ambiente, Marisol Aguilar Gayosso, coordinadora de Capacitación de la Sociedad de Emergencias y Respuesta a Desastres, SC, comenta que “es lamentable que personas que tienen una ética cuestionable ofrezcan servicios de capacitación en Primeros Auxilios sin contar ni con el personal ni con el equipo adecuado y suficiente para la cantidad de gente que asiste a los cursos”.
Uno de los aspectos importantes en este tema, es cuestionar, ¿quién regula a estos capacitadores?, de primera instancia, comenta Marisol Aguilar, se obtiene un registro en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, con el que cada capacitador, bajo protesta de decir verdad, ingresa su documentación y en el transcurso máximo de una semana ya estaría en disponibilidad de otorgar constancias o reconocimientos usando este número de registro que, por cierto, es vitalicio.
Otro registro son los estándares de competencia que emite la SEP, a través de Conocer, sin embargo, sólo certifican que la persona cumple con ellos para diseñar y/o impartir cursos de manera presencial o a distancia, según sea el caso, pero en ningún momento sobre el tema de Primeros Auxilios, en particular.
En la Ciudad de México, al menos, uno de los registros que más importan es de Tercero Acreditado, que emite la Secretaría de Protección Civil, y éste puede ser para realizar Programas Internos de Protección Civil, Programas Especiales, Realizar Análisis de Riesgos y de Capacitación, por lo que es importante que quien busque estos servicios, revise en la página de internet de la dependencia que cuenta con el registro para lo que se le está contratando.
En algunas entidades federativas, se regulan bajo la figura de Capacitador externo, dejando un gran vacío sobre alguna autoridad que bien pudiera certificar o validar los métodos de capacitación en este rubro en particular.
Y nos dice Marisol Aguilar: “más aún cuando se trata de Primeros Auxilios, mismos que pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte de una persona que reciba la atención de alguien que tenga una capacitación adecuada”.
En el caso del RCP, existe, comenta Aguilar Gayosso, una organización estadounidense que ha marcado protocolos de atención, mismos que se revisan cada 5 años y pueden variar y que a pesar de que el método de enseñanza es comercial y criticado por sus detractores, es uno de los más serios que existen en el mercado, por el sustento de investigación que tiene y que es la Asociación Americana del Corazón (AHA).
En cuanto al resto de los temas en materia de atención de Primeros Auxilios, están normados desde Primer Respondiente hasta Técnico en Urgencias Médicas, sin embargo, sigue el gran vacío que es en cuanto a los métodos de enseñanza.
A pregunta expresa sobre la necesidad de un órgano regulador para evitar la posibilidad de capacitadores de baja calidad, comenta Marisol Aguilar que lo más importante es que quienes vayan a contratar, verifiquen la seriedad de sus proveedores y que estos cuenten con al menos, en el Distrito Federal, con su registro de Tercero Acreditado o si se trata de RCP sean sitios oficiales de AHA, por los estándares que manejan para este tipo de capacitación y lo más importante es que se cuente con capacitadores certificados.
Por otro lado, también está otro tipo de capacitación en Evacuación de inmuebles, Búsqueda y Rescate, Prevención y Combate de Incendios, que se encuentran en condiciones similares al tema de Primeros Auxilios.
A esto se suma también la poca o nula regulación de proveedores de este tipo de capacitación especializada y, por otro lado, la intención de los clientes de buscar con el menor costo posible, masificar la capacitación en sus empresas, sin importar la calidad de la misma, más que cumplir, al menos de manera documental con los requisitos mínimos para continuar con sus operaciones.
El mercado de capacitadores, comenta Aguilar Gayosso, se encuentra en extremos incomprensibles. Por un lado, tenemos instructores cuyos cursos son de gran calidad y a unos costos bastante accesibles; sin embargo, no cuentan con los registros que los podrían hacer competitivos, y por otro lado, instructores que tienen poca ética profesional y sin equipo adecuado y sus costos son sumamente elevados, pero, al contar con una serie diversa de registros, acaparan el mercado.
La mejor forma de regular el mercado de la capacitación en materia de prevención y atención de emergencias, es que las mismas empresas y particulares que requieren de estos servicios, verifiquen la veracidad de la documentación de respaldo así como del equipo.
La importancia del equipo no es necesario que sea de tecnología de punta, pero sí de calidad para el servicio requerido, según la capacitación que se contrata.
Este tema no es fácil de resolver, ya que cuenta con muchas aristas, sin embargo, Aguilar considera que es factible llegar a un equilibrio en cuanto a elevar el nivel de los instructores, mediante certificaciones aplicables, ya sea por organismos gubernamentales o en su caso privados, como Conocer.
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