El colorido que año con año surge en forma de esferas navideñas de los aproximadamente 200 pequeños talleres familiares de Chignahuapan, Pueblo Mágico ubicado en la Sierra Norte de Puebla, ha llegado desde hace décadas a millones de hogares de México y el mundo.
Este municipio ubicado a tres horas de la capital mexicana, es motivo de orgullo, los artesanos aseguran que jamás se encontrarán dos esferas iguales y no por comparaciones o competencias entre talleres, sino porque esos adornos navideños de vidrio soplado son elaborados de manera individual con técnicas tradicionales.
Esos «frágiles secretos» son resguardados con celo entre las familias que se dedican a esta actividad local. Cada esfera, dicen con satisfacción artesanos y vendedores callejeros diseminados en el centro histórico del poblado, va firmada con la creatividad de quienes las diseñan y decoran.
Chignahuapan es uno de los 217 municipios de Puebla y su nombre, en náhuatl, significa «en las nueve aguas» o «lugar de las nueve aguas». Al respecto, la historiadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Juana Belman Ortiz, explicó que Chignahuapan se haya en la entrada de la Sierra Madre Oriental, donde comienzan las profundas y espectaculares barrancas al norte de la entidad, lo que representa un atractivo adicional al comercio de artesanías.
Añadió que la localidad fue incorporada en 2012 al Programa de Pueblos Mágicos, al contar con atributos simbólicos, historia y magia que emana de su cotidianidad.
Chignahuapan, antaño, se dedicaba a las actividades agrícolas, principalmente al cultivo de maíz, cereales, habas y chile. El soplado de vidrio comenzó a fortalecerse hace no más de cuarenta años, por la década de los 70 del siglo pasado, y se convirtió en la principal industria local.
Explicó que a Rafael Méndez Muñoz, michoacano de nacimiento pero poblano por adopción, se le atribuye la apertura de «Casa Méndez», el primer taller de soplado de vidrio hacía 1970, con apenas unos cuantos empleados.
En la actualidad, abundó la historiadora Juana Belman, en el poblado existen aproximadamente 200 talleres familiares que producen casi 70 millones de esferas por año.
Abundó que desde aquel entonces fue una actividad en la que se dio cabida exclusivamente a los varones, debido a la supuesta fuerza pulmonar para el soplado del vidrio; sin embargo, al paso de los años el sector femenino se involucró en forma paulatina, sobre todo en el proceso de decorado.
Aun cuando no hay cifras exactas sobre el ingreso anual que representa para Chignahuapan la elaboración de burbujas de cristal, Juana Belman argumentó que el legado de Rafael Méndez Muñoz genera ganancias para toda la comunidad y no sólo a los propietarios de los dos centenares de talleres.
El trabajo abarca todo el año y no solamente en la temporada navideña. La derrama económica, generada por la venta, la distribución a la zona central del país y la exportación a diversos países, también es producto de la gran cantidad de turismo que acude a comprar al menudeo, come y en ocasiones pernocta en esta comunidad poblana.
La belleza y calidad de esos adornos navideños alcanzó recientemente al Vaticano y en 2011 engalanaron la Capilla de la Virgen de Guadalupe, ubicada en el subsuelo de la Basílica de San Pedro, en Roma.
Chignahuapan cuenta con otros atractivos: arquitectura religiosa, gastronomía, historia y leyendas, manifestaciones socioculturales que, hoy en día, representan una gran oportunidad para el aprovechamiento turístico de la población, expresó Belman Ortiz.
La Basílica de la Inmaculada Concepción es uno de esos polos de atracción, alberga una escultura monumental de más de 12 metros de altura, la más grande que se conoce en América Latina de quien le da el nombre a este santuario.
El Templo de Santiago Apóstol fue edificado en el siglo XVI y cuenta con una gran fachada de estilo barroco de manufactura indígena. Un paseo por este Pueblo Mágico es un encuentro con el color, la alegría, y los contrastes de la neblina con las luces que emanan de cada uno de los puestos callejeros de esferas.
La plaza principal tiene dos puntos de interés para los turistas: su quiosco de madera estilo mudéjar decorado con tonos azules y acres, único en Puebla, y la estatua de uno de los principales promotores de Chignahuapan, el extinto cómico mexicano Gaspar Henaine «Capulina».
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