La pérdida de productividad por congestionamientos o atascos del tránsito vehicular en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) tiene un costo para la ciudad de México equivalente a 55.4 mil millones de pesos al año, según el análisis “Un tráfico en la ciudad de México”, de la firma Consultores Internacionales, S.C.
Para otros entes, como el Instituto Mexicano para la Competitividad, los trabajadores dejan de percibir por el excesivo tiempo que utilizan en el traslado de su casa al trabajo, alrededor de 15 mil millones de pesos al año. Además, que la Cámara Nacional de la Industria de Transformación y Confederación Patronal de la República Mexicana calculan la lentitud del tránsito vehicular causa pérdidas a las empresas por más de 60 mil millones de pesos al año.
Sin duda alguna, no se pueden quedar afuera los trastornos que causan los mítines, marchas y plantones que, a decir de la Asamblea Legislativa, al año se realizan más de 1,700. De acuerdo con la Cámara de Comercio de la Ciudad de México, cada uno de éstos cuestan entre 80 millones y 150 millones de pesos. Hay quienes dicen que solamente llegan a 17 millones de pesos. En el primer caso representaría algo así como 136 mil millones de pesos al año; en el segundo, 255 mil millones, y en el tercero, 28,900 millones.
Pero eso no es todo. A las cifras anteriores hay que agregar el consumo extra de gasolina, su costo ambiental y económico que ocasionan los más de 30 mil topes existentes en la ZMVM (hacer uno de estos tiene un costo de 22,500 pesos). El consumo adicional es de 1,100 millones de litros que generan 2,750 millones de kilogramos de dióxido de carbono y una derrama económica de 10 mil 989 millones de pesos, según diversos estudios, entre ellos, uno de la UNAM.
DIFERENCIA
La diferencia entre una cifra y otra en el caso de la pérdida de productividad es que en el caso de Consultores Internacionales toma en cuenta 80 minutos que tarda un trabajador de municipios conurbados a la ciudad de México en trasladarse de su casa a la entrada del Distrito Federal y de ahí, a su trabajo, tiene que emplear otro 53 minutos. Por eso la pérdida se eleva a 55 mil 400 millones de pesos al año.
En cambio, el Instituto Mexicano para la Competitividad únicamente toma en cuenta los 53 minutos que le lleva al trabajador, estando en el DF, trasladarse a su fuente de empleo. Eso representa una pérdida económica para el trabajador de alrededor de 15 mil millones de peso.
Por lo que toca a los topes, hay que señalar que existe mucha gente molesta con su proliferación y de los cuales existen más de 30 mil en la Zona Metropolitana.
Según los estudios, en promedio, cada automotor tiene que vérselas con 20 topes al día, lo que representa un consumo extra de 200 litros año, lo que lo lleva a emitir casi media tonelada más de dióxido de carbono y tener un gasto adicional de 1,998 pesos a precio actual por litro de combustible magna.
Ante esta situación, René Drucker Colín exige a las autoridades que den educación y cultura vial a los automovilistas que prácticamente sin excepción, son unos cafres. No tienen el más mínimo respeto para el peatón, pero peor aún, de hecho arremeten contra los ciclistas y motociclistas.
Druker también demanda acabar con la impunidad vial, toda vez que los topes resultan harto dañinos para el Medioambiente y, en especial, contribuyen en buena medida al calentamiento climático.
INDOLENCIA OFICIAL
De acuerdo con el GDF, en la capital mexicana únicamente existen 14 áreas de conflicto vehicular, por lo que los congestionamientos no son tan graves. Sin embargo, especialistas en la materia suman más de 60 que son un calvario todos los días y más en horas pico.
De la Secretaría de Transporte y Vialidad del GDF no hay que esperar mucho, porque no puede hacer nada con un presupuesto anual inferior a 1,500 millones de pesos.
Así que únicamente hay que esperar que el gobierno capitalino se ponga las pilas y haga mejor la vida en la ciudad, la cual se complica con un excesivamente lento, pésimo e insuficiente transporte público que además, encarece todo y envenena el aire que se respira.
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