En México las herramientas tecnológicas se pusieron a prueba en el último año cuando la emergencia sanitaria a causa de Covid-19 obligó a cerca de 36 millones de estudiantes de educación básica y media superior a dar continuidad a sus estudios desde su hogar. De acuerdo con un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en México, lo anterior ocasionó un incremento de aproximadamente 15% en la deserción escolar.
Es por ello que la Fundación Robert Bosch México A.C., organización centrada en fomentar la educación de niños y jóvenes en riesgo de exclusión social, centró sus esfuerzos en 2020 al desarrollo de proyectos para facilitar la educación a distancia en comunidades de alta y muy alta marginación aledañas a las ubicaciones de la empresa en todo el país.
Dos terceras partes (65%) de estos proyectos se orientaron a la adaptación del proceso enseñanza-aprendizaje de lo presencial a lo virtual. Por ejemplo, 100 docentes se capacitaron en el manejo de plataformas virtuales lo cual representó un beneficio directo para más de 5,000 alumnos. En total, durante el último año, 60 instituciones educativas se vieron beneficiadas con infraestructura, equipamiento y principalmente desarrollo de capacidades para más de 21,000 estudiantes.
A 5 años de su lanzamiento, la Fundación Robert Bosch México ha tenido como propósito promover e impulsar la calidad educativa. Gracias a la colaboración a través del voluntariado y los donativos de la fuerza laboral de Bosch (+17,000 asociados) quienes son la principal fuente de recursos. Por cada peso aportado por los trabajadores, la empresa aporta un peso adicional.
Giovanna Galicia, directora de la Fundación en México señala: “En 2020 logramos concretar 37 proyectos en 9 entidades federativas lo cual representó un reto logístico dadas las condiciones derivadas de la pandemia. Nos enorgullece poder mantener nuestro apoyo a la educación atendiendo una necesidad de coyuntura, pero vital para el desarrollo de los jóvenes”.
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