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Crece 10% incineración tras fallecer mascotas en CDMX

En los últimos cinco años la incineración de mascotas en la Ciudad de México se ha incrementado en 10 por ciento. Esta práctica, junto con la adquisición de animales de compañía, ha tenido un aumento sostenido; debido a ello, el Departamento de Patología de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM brinda ese servicio.

Además de la cremación de animales —en promedio 10 ejemplares por semana–, se ofrece la disposición final (incineración) de residuos biológicos provenientes de particulares, antirrábicos, bioterios y facultades e institutos de esta casa de estudios, que derivan en cenizas comunes y se procesan biológicamente, explicó Gerardo Salas Garrido, adscrito a esa entidad universitaria.

El cobro del servicio de cremación va de mil a mil 800 pesos (una tercera parte del costo en empresas privadas) y es en función del tamaño del espécimen: menores a cinco kilogramos, entre seis y 15, de 16 a 30 y de 31 a 40.

El proceso se lleva a cabo en los hornos de la FMVZ, que superan los mil grados centígrados en funcionamiento: dos individuales y dos grandes; estos últimos tienen capacidad para 250 kilos por tanda, cada uno. Luego, es obligado el paso por el molino, pues a veces entre las cenizas quedan huesos calcinados, expuso Salas Garrido.

Transcurridos tres días hábiles, los dueños reciben las cenizas envueltas en bolsas de plástico y en cajas de cartón identificadas, donde pueden permanecer por tiempo indefinido, sin riesgo de patógenos. “Algunas personas las colocan en urnas, siendo las de madera las más usuales”, comentó.

El servicio se brinda de lunes a viernes de 9:00 a 18:00, y los sábados de 10:00 a 14:00; también en algunos días festivos y periodos vacacionales (de lunes a sábado de 10:00 a 14:00). Si es necesario, como jornada de alta demanda la Facultad cuenta con depósitos refrigerados para los cadáveres, a fin de evitar focos de infección.

Este servicio está a cargo de personal calificado, médicos veterinarios y egresados, y se presta al público en general desde hace más de cuatro décadas.

Lo primero que todo dueño debe saber al adquirir un animal de compañía es su longevidad: en promedio, los perros de tallas pequeñas alcanzan entre 10 y 15 años de vida, y los de razas grandes entre seis y 10, resaltó Salas Garrido.

También es fundamental la atención a la salud; en ese sentido, el académico mencionó algunos signos que presentan los animales geriatras, a los que eventualmente se les somete a eutanasia: “Cambios en el comportamiento, problemas para levantarse, dolor en las articulaciones, pelo hirsuto (disperso y duro), negarse a caminar o bajo ánimo”.

En cuanto a las enfermedades degenerativas, citó la endocardiosis, artritis, problemas ortopédicos, insuficiencia renal y diferentes tipos de cáncer. En el caso de las neoplasias, se utilizan terapias similares a las aplicadas en humanos: quimioterapia y radioterapia, aunque con resultados variables. “Algunos tipos de tumores pueden curarse si la escisión es completa, si el tumor responde bien a la terapia médica o si el cáncer no es agresivo”, dijo.

El universitario señaló que en años recientes se ha dado una tendencia al buen trato de los animales en los medios de comunicación, “sin embargo, las redes sociales son tendenciosas y confunden el bienestar animal con la sobreprotección”.

Los animales merecen bienestar, decoro, respeto y cuidados. “Se les debe suministrar alimento, vivienda y compañía adecuada; en una palabra, darles “dignidad”. Antes de adquirir una mascota, los futuros dueños deben considerar las condiciones de espacio y asumir la responsabilidad social que conllevan su tenencia.

Finalmente, mencionó los servicios que ofrece la FMVZ en áreas de medicina, hospitales y centros de diagnóstico, donde se establecen causas de enfermedades y pronósticos. “Son los sitios indicados para mantenerlos en buen estado”.

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