Dulce Ramírez integrante de la organización Igualdad Animal y Blanka Alfaro representante de Mercy for Animals, presentaron los descubrimientos sus investigaciones en rastros municipales de México.
En base a impactantes imágenes se demostró que en estos lugares de sacrificio en México se padece de una falta de sensibilidad como de los adecuados sistemas de sacrificio de los animales.
En su investigación pudieron documentar que a muchos animales les aplican dolorosos choques eléctricos en la cara y otras áreas sensibles del cuerpo, incluyendo los ojos.
Trabajadores encadenan a los animales de las piernas y colgándolos boca abajo mientras luchan aterrorizados por enderezarse.
Diversos animales son apuñalados múltiples veces mientras gimen angustiados y agonizan lentamente, ahogándose en su sangre y vómito.
Infinidad de animales padecen un dolor extremo por largos periodos después de ser abiertos a puñaladas o cuando son escaldados vivos.
“Los animales son literalmente torturados hasta la muerte en los rastros municipales de México», dijo Blanka Alfaro, Vicepresidenta de Mercy For Animals en México y denunció que «antes de llegar a nuestra mesa, a las vacas y los cerdos les aplican dolorosos choques eléctricos, los encadenan e, incluso, los abren a cuchilladas y los sumergen en agua hirviendo, cuando aún están conscientes y pueden sentir dolor. Este perturbador abuso en contra de los animales no tiene cabida en una sociedad civilizada».
Por su parte, Dulce Ramírez, directora ejecutiva de Igualdad Animal en México, dijo que «esta situación impacta a todo México. La mayoría de los mexicanos no tienen idea de la crueldad y sufrimiento que padecen los animales en los rastros. Es impactante aún más al saber que estos abusos se llevan a cabo frente a los veterinarios que se supone son responsables de garantizar que los animales estén inconscientes antes de ser sacrificados”.
Agregó que “los gobiernos municipales y la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAGARPA) no pueden quedarse cruzados de brazos ante el sufrimiento de millones de animales cuyo bienestar es su responsabilidad. Deben actuar no sólo para fortalecer la ley sino para convertir estas atrocidades en un delito”.
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