El jefe del Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, desarrolló intensa agenda la semana pasada. La muerte de cinco personas en Iztapalapa, presuntamente a causa de un ataque de perros salvajes y el desarme voluntario a la población marcó su serie de actividades.
Pese a las innumerables explicaciones que dio en diversos medios de comunicación, Mancera no convenció respecto a la muerte de los habitantes del Cerro de la Estrella.
Finalmente, decidió turnar el caso a la Procuraduría de Justicia del DF, y ante los incesantes cuestionamientos y la duda entre la población sostuvo que los resultados dados a conocer “no es lo que dice la Procuraduría. El dictamen de causa de muerte lo emite el Servicio Médico Forense y depende del Tribunal Superior de Justicia, eso sería muy bueno que tuviéramos ese punto de partida”.
Añadió que la causa de la muerte no la determina el Ministerio Público, sino el Servicio Médico Forense. Son expertos, son peritos y son los que están diciendo cuáles fueron estos mecanismos que provocaron el resultado, entonces sería en este tenor, reiteró.
Pese a ello, la duda prevalece y los familiares insisten que no es creíble ni congruente que una jauría de perros haya matado a cinco personas y cuestionan, porqué de ser así no intervinieron, máxime que según dicen las autoridades de la Procuraduría de Justicia, ya había antecedentes y los conocían.
Por otra parte, Mancera llevó a cabo el proceso de desarme voluntario en la delegación Gustavo A. Madero. Antes informó que en su primera etapa, en Iztapalapa, se acumularon alrededor de mil 300 armas de fuego.
En el atrio de la Basílica de Guadalupe, destacó que el éxito de esta estrategia para reforzar la seguridad pública en la ciudad radica en que se trata de sensibilizar sobre el peligro que representa tener armas de este tipo en el hogar, a través de visitas domiciliarias donde con información se convence a quien las porta de entregarlas.
Sostuvo que aun cuando el martes arrancó esta acción de desarme en la Gustavo A. Madero, se mantendrá el trabajo en Iztapalapa donde, puntualizó, se recibieron hasta 19 armas por parte de una sola persona.
En el atrio del Templo Mariano, el arzobispo primado de México, Norberto Rivera, recalcó que la comunidad religiosa se une con beneplácito a este proyecto que contribuirá a construir mejores condiciones de seguridad en el Distrito Federal.
Al evento asistieron, la jefa delegacional en Gustavo A. Madero, Nora Arias; el presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia, Luis Wertman, y el rector de la Basílica de Guadalupe, monseñor Enrique Glennie.
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