Tras casi 6 años de gobierno del perredista Marcelo Ebrard Casaubón, la ciudad de México queda sumida –literalmente— en devastador caos medioambiental y en una pasmosa y desesperante inmovilidad y espeluznante inseguridad pública.
Por lo que toca al Medio Ambiente, especialistas y ONG’s como Greenpeace México, Centro Mexicano de Derecho Ambiental, El Poder del Consumidor y Centro del Transporte Sustentable, coinciden en que el problema más grave es la falta de agua en la ciudad de México que afecta a más de 20 millones de habitantes, incluyendo a moradores del Valle de México; la sobreexplotación de más del 1,200 por ciento de los acuíferos y el hundimiento diferencial que, va de los 5 a los 40 centímetros por 5 año.
Ese hundimiento ha invertido el declive del Gran Canal del Desagüe, lo que ocasiona que con cualquier lluvia, la Ciudad de México se encharque y en algunos lados, el agua alcance más de un metro de altura. Además de que vive bajo la amenaza de una gran inundación de aguas negras; en buena medida porque Ebrard Casaubón no quiso invertir en agua ni drenaje, sólo en obras de relumbrón.
También es notable el hecho de que deja a punto de perderse la zona lacustre de Xochimilco y Tláhuac. Además, el gobernante deja a la ciudad prácticamente paralizada, toda vez que la movilidad es de 8 kilómetros por horas, lo que ocasiona unos 35 mil millones de pesos en pérdidas en horas-hombre de trabajo y del costo que se enfrenta por el retraso con que llegan las mercancías y del mayor consumo de combustibles. La mayoría de las obras que inició están inconclusas y las calles de la ciudad se encuentran llenas de baches y muchas coladeras sin tapa, lo que ya ocasionó que una persona cayera y muriera.
Según la Secretaría de Medio Ambiente del DF, el problema ambiental global de la Ciudad de México es: sobrepastoreo, sobrecultivo, pobre irrigación, deforestación, destrucción de ecosistemas, quema de combustible fósil, incendios, uso de fertilizantes, aumento en la temperatura, pérdida de la biodiversidad, cambios en la composición de la atmósfera, introducción de especies, sobreexplotación de mantos acuíferos, desertización y aumento demográfico.
Entre los problemas ambientales más graves que aquejan al DF se encuentran: Pérdida de áreas naturales y biodiversidad en suelo de conservación, pérdida y contaminación del suelo, abasto y calidad del agua, calidad del aire, creciente generación de residuos sólidos y deficiente cultura ambiental.
El suelo de conservación aún representa el 59 por ciento del territorio de la ciudad y es vital por los servicios ambientales que presta: Purifica aire, mantiene biodiversidad, regula clima, genera suelo y recreación. Además de que abastece 60 por ciento del agua que consume la Ciudad.
A pesar de ello, cada año se pierden más de 250 hectáreas de suelo de conservación y se perdieron 5,000 hectáreas de áreas naturales protegidas por invasiones y cambio de uso de suelo, donde existen asentamientos humanos regulares e irregulares.
De las 149 mil 524 hectáreas de superficie del DF, más de 62 mil son suelo urbano; el resto, de conservación (menos de 88 mil hectáreas). De este suelo se pierden, en promedio, 495 hectáreas de bosque por año; con ello, desaparece la capacidad para producir oxígeno para 4 mil personas y la capacidad para amortiguar la contaminación que producen 3 mil 465 automóviles.
Del 2000 al 2001 se perdieron 213 hectáreas de suelo de conservación por asentamientos irregulares (se esconden las cifras recientes). Por cada 100 hectáreas de suelo de conservación que se urbanizan, se pierde la capacidad de dotar de agua potable a 2 mil 400 viviendas al año.
La ciudad cuenta con 2.5 millones de viviendas, más de 3 millones de automóviles y más de 35 mil industrias que consumen una buena parte de los 55 millones de litros de combustible fósil al día.
Se establece que la ciudad consume 65 metros cúbicos de agua por segundo y para el 2015 requerirá 19 más. El 60 por ciento se saca del subsuelo y el resto se trae de otros regiones del país. En total, el 37 por ciento del agua potable se pierde en fugas.
Cada año, se generan más de 500 millones de metros cúbicos de aguas negras y sólo se trata el 10 por ciento. De los 773 milímetros que llueve en promedio, solamente se infiltra el 18 por ciento.
Por lo que se refiere a los contaminantes del aire, se indica que los más preocupantes son ozono y partículas suspendidas totales. Aunque también son de mucho peligro las PM10 y PM2.5, bióxido de azufre, monóxido de carbono, bióxido de nitrógeno y plomo. Se calcula que se generan 10.8 millones de toneladas de basura y como no tienen relleno sanitario, la exportan al Edomex.
OTROS PROBLEMAS MEDIOMBIENTALES
De acuerdo un estudio del Instituto Politécnico Nacional (IPN), en la Ciudad de México se pierde un metro de humus al año. Exhorta que se promueva el reúso obligatorio de agua tratada en la industria. Asevera que existen 800 asentamientos humanos irregulares y que solamente 2 de las 21 áreas naturales protegidas cuentan con sus respectivos programas de manejo para garantizar su adecuada administración y conservación para proteger la biodiversidad existente en ellas.
También pide que se castigue ejemplarmente la disposición cascajo en sitios no autorizados para ello. Sugiere concertar con el gobierno federal la gestión coordinada de los residuos peligrosos para evitar riesgos a los habitantes y ecosistemas de la ciudad de México.
Eliminar las descargas clandestinas de aguas residuales de los asentamientos humanos cercanos a barrancas, cauces y cuerpos de agua y sustituir el oxigenante de gasolinas Metil-Terbutil-Eter por Etanol.
Tampoco se ha sistematizado la recolección y disposición final de residuos de manejo especial, como los electrónicos, pilas, baterías y celulares para eliminar totalmente los riesgos a la salud de miles de habitantes de la ciudad de México.
Deben sustituirse o rehabilitarse 12 mil kilómetros de la red de agua potable, para disminuir las fugas a menos del 20 por ciento. Hay que impulsar el uso de adocreto, adopasto, piedra bola y zanjas laterales en banquetas que permitan la infiltración del agua de lluvia hacia el subsuelo, promoviendo la conservación de parques urbanos y áreas verdes, además del prohibir el riego a pleno sol.
Asimismo, se recomienda eliminar la generación de metano en el Bordo Poniente y reducir considerablemente los 37 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente al año. De esa cantidad, el sector transporte emite 43 por ciento; sector industrial, 22; viviendas, 13; Residuos Sólidos, 11; sector Comercial, 6; sector publico, 5 y el sector rural, 0.5 por ciento.
Tienen información muy interesante, me gustaría saber ¿cuáles son sus fuentes?