El movimiento civil Sin Maíz no hay País denunció que la nueva Reforma para la Transformación del Campo que impulsa la Presidencia de México significa la estocada final a los campesinos mexicanos y la entrega de los recursos naturales a las grandes trasnacionales con los ilegales permisos para siembras de transgénicos que pertenecen a un puñado de empresas y que cuenta con personeros y empleados a los secretarios de Medio Ambiente (Semarnat) y Agricultura (Sagarpa), al dedicarse sólo a defender intereses de estas empresas en lugar de los del páis, denunció, Víctor Suárez Carrera, director de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC).
En conferencia de prensa dijo que son cinco las amenazas más graves de la iniciativa que prepara el Ejecutivo y que son la privatización vía fast track del ejido y la comunidad; la segunda, la profundización del modelo de libre importación, monopolios y dependencia alimentaria; en tercer lugar, la profundización de la agricultura industrial en su etapa transgénica; el despojo y depredación de los recursos naturales y el debilitamiento de la resistencia social en el campo frente al despojo.
Suárez Carrera recordó que hace un año las organizaciones le entregaron al Ejecutivo un estudio donde argumentaron la viabilidad de mejorar las condiciones del campo, a través de impulsar la agricultura a pequeña escala, pero nunca recibieron una respuesta.
La semana pasada la Secretaría de Gobernación (SG), de Agricultura, Ganadería, Desarrollo, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedetu) instalaron la Comisión Permanente para la Reforma para la Transformación del Campo, la cual será operada por los gobiernos estatales y municipales.
“Y a través de esa Comisión que estará operada por ellos mismos, van a pasar la reforma que entrega el campo a las compañías extranjeras, igual como lo hicieron con la Reforma Energética, Educativa y todas las demás”, mencionó.
Se detalló que en la actualidad se destina 80 por ciento del presupuesto para el campo a los grandes productores, mientras que los pequeños agricultores sólo reciben 20 por ciento de los apoyos, a pesar de que ellos son los que generan 75 por ciento de los alimentos en México.
Aunado a los graves problemas económicos que se reflejan en la falta de créditos al campo, nula asistencia técnica, y el no tienen infraestructura ni sistema de precios remunerativos, así como no tienen certidumbre en la comercialización a pesar de que ellos producen 75 por ciento de los alimentos.
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