Con la puesta en marcha del Programa de Renovación de Mobiliario y Manejo de Desechos en las Zonas Arqueológicas, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) refrenda su vocación como una institución ambientalmente responsable, amén de su compromiso en la salvaguarda del patrimonio arqueológico, antropológico, histórico y paleontológico en México.
Cabe mencionar que este organismo considera un reto en común que la mayoría de las zonas arqueológicas y que incide en su operación, es lo concerniente a la gestión de los residuos generados por la visita pública.
Ante este escenario, el INAH, a través de la Coordinación Nacional de Arqueología (CNA) y la Dirección de Operación de Sitios (DOS), implementó una estrategia de manejo ambiental que consiste en la distribución de cestos y contenedores de basura en las 187 zonas arqueológicas abiertas al público y la instrumentación de acciones para el manejo integral de los residuos.
Al respecto, Antonio Huitrón Santoyo, director de Operación de Sitios del Instituto, dijo que esta iniciativa forma parte de la implementación del Sistema de Manejo Ambiental del INAH y contribuye con el Programa de Fortalecimiento de Zonas Arqueológicas, el cual se enfoca a mejorar sus condiciones, tanto para la prestación de servicios a los visitantes como para el desarrollo eficiente de estos lugares.
Dicho programa tiene una inversión de cuatro millones y medio de pesos, y el INAH dotará de 3 mil cestos para la basura, 300 contenedores y 100 transportadores de residuos a los sitios arqueológicos en todo el territorio nacional.
Comentó que “pareciera que el tema de un bote de basura es trivial, pero en el manejo de un espacio patrimonial, en donde los valores culturales y el medio ambiente son aspectos que se protegen y se conservan, debemos ser responsables. Buscamos que el mobiliario que estará en las áreas abiertas a la visita pública se integre visualmente al contexto, además de ser funcional para el cumplimiento de las normas de gestión de residuos”.
Inicialmente se distribuirá el equipo en las 187 zonas arqueológicas abiertas al público en el país, con el propósito de implementar el proceso de acopio, almacenamiento, transporte, reciclaje y disposición final. Posteriormente se instrumentará, en coordinación con los titulares de los centros INAH, el Programa de Manejo Integral de Residuos, de acuerdo con los lineamientos establecidos en el Manual de Administración Sustentable del INAH.
Añadió que “quienes laboramos en el Instituto tenemos sensibilidad en el tema ambiental, en cada una de las zonas arqueológicas en el país se llevan a cabo acciones relacionadas con el manejo de los desechos y su almacenamiento: esta es una oportunidad importante para avanzar en la sistematización y consolidación de prácticas responsables con nuestro entorno”.
El proyecto de renovación inició en la zona arqueológica de Teotihuacan, el sitio patrimonial más visitado en México, ahí se renovaron y sustituyeron los equipos existentes.
El programa continúa en las zonas arqueológicas de Tula y Querétaro, y en los próximos tres meses se extenderá al centro del país en Puebla, Tlaxcala, Morelos, Hidalgo, Estado de México y Distrito Federal. Para junio se espera dotar de equipo a todos los sitios.
Resultado de un análisis realizado por especialistas de la DOS, se elaboraron cestos en forma cilíndrica con paredes rectas que semejan el tronco de un árbol ─según el lugar donde se ubica la zona arqueológica─, los cuales tienen una cubierta en forma de domo que evita que el agua entre en ellos y que los desechos estén al aire libre, así como la intromisión de fauna nociva. Los cestos son de color verde para la basura orgánica y color arena para los desechos inorgánicos.
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