Emplaza Sicilia al Congreso a trabajar por la paz

Tras criticar al Estado por omiso, cooptado y corrupto, Javier Sicilia emplazó a legisladores a hacerse corresponsables de los 50 mil muertos que ha dejado la lucha contra el crimen; si criminales actúan es precisamente porque ustedes se lo permiten, ya bien sea por la omisión, complicidad o por ignorancia.

Al iniciarse el diálogo entre legisladores y el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, Sicilia los acusó de operar más como representantes partidistas de interés políticos que a favor de los ciudadanos y les recriminó por no cumplir su palabra. Por lo que les recordó al poeta estadounidense, perteneciente a la Generación Perdida, Ezra Pound, que dijo: Cuando un hombre traiciona su palabra, o su palabra no vale nada o ese hombre no vale nada. Ambas cosas, porque la palabra es el hombre mismo, les dijo.

Ponderó que los Congresos de esta nación, en nombre de sus intereses partidocráticos y mezquinos, en nombre de sus privilegios y de sus negocios no escuchan a la sociedad.

Las víctimas llegan hasta este diálogo para que el Legislativo les diga, de una vez por todas, si van a apostar a la paz o por la guerra. Venimos con buena voluntad y estamos convencidos de que más allá de los personajes, intereses y partidos que representan, de los justos reproches que le hacemos y de las fundadas dudas de quienes nos dicen que estos diálogos no servirán de nada, estamos convencidos de que ustedes, al igual que se lo dijimos al Presidente de la República, pueden oír el latido humano de su corazón.

También les decimos lo que no hemos dejado de repetir, desde que nos pusimos a caminar: El país, nuestro México, vive una emergencia nacional, por lo que exige de ustedes, no sólo un cambio de actitud, acorde con lo que la democracia significa, sino un esfuerzo extraordinario y humilde para evitar que la nación se precipite a un irremediable caos social.

Les recordamos que el Estado no es como lo concibió la cultura que nos dejó el antiguo régimen y que ahora ustedes cultivan como una enseñanza delincuencial, un botín político ni un lugar para contratistas, es lo que la nación ha ido construyendo con sangre y dolor de sus mejores hombres y mujeres y un lugar para estadistas.

Los legisladores se han alejado de la sociedad, no escuchan los ritmos y latidos del corazón de la patria y pretenden, junto con los criminales y los otros poderes fácticos, secuestrar las aspiraciones democráticas y la esperanza de bienestar de la Nación. Ustedes lo hacen por omisión, ignorancia o complicidad; ellos, porque ustedes no se lo han impedido.

Sus recintos parlamentarios son, como el recién inaugurado del Senado y el de la Cámara de Diputados, expresión arquitectónica de su aislamiento, como la de un búnker de un poder que prefiere darle la espalda a los ciudadanos y contemplarse en el espejo de sus ambiciones traducidas en parálisis legislativa y en manipulación política que convierte los procesos electorales en un gran negocio para unos cuantos y en juego cruel de ilusiones para los ciudadanos.

De paso, aprovechó para exigirles aprobaran la Reforma Política y no a la Ley de Seguridad Nacional, como está el dictamen.

Por su parte, el senador priísta Manlio Fabio Beltrones Rivera dijo: Ustedes tienen la palabra y nosotros la obligación de estar aquí y escuchar. Llegamos al diálogo con ánimo abierto para escuchar las demandas de la ciudadanía e impulsar la reforma política. Estamos con el ánimo de construir y de evitar un debate de partidos políticos venimos a escuchar la demanda de la ciudadanía. Entendemos la razón del movimiento que se construye no sólo con el dolor, sino con sentimientos de aquellas cosas que no van bien en el país.

Por cierto que el senador perredista José Guadarrama pretendía matarle el gallo al poeta Sicilia al aseverar que los legisladores federales tienen la sensibilidad de quienes han rescatado del dolor y la muerte, el sentido de la vida.