Encapsulan agua para producir alimentos

Guillermo Sánchez Ramírez

Los ingenieros encabezados por Beymar López Altuzar (al centro, todo de blanco) junto con representantes ejidatarios y pobladores recorren la zona en la que se experimentará con el cultivo de granos utilizando el agua cristalizada. (En la foto aparece el reportero de Mi Ambiente, Guillermo Sánchez)

Emilio Chauyffet

Cristalizar y encapsular el agua es el camino para convertir tierras áridas en productoras de alimentos. Es un experimento, en marcha, de ingenieros de diversas instituciones como el Politécnico, Universidad Chapingo y de otras instituciones de educación superior. Ellos, junto con ejidatarios de Tlaltizapan y pueblos vecinos, Morelos, aplican la alternativa científica en 15 hectáreas de tierra. Lo hacen con maíz y frijol, en común acuerdo con los ejidatarios.

Al frente de este movimiento alimentario ecologista está el ingeniero Beymar López Altuzar, con la Unión de Organizaciones Mexicanas para el Desarrollo Integral de la Ecología (UNOMDIE), autor del libro Teoría Universal del Pragmatismo Científico Integral, Aplicado al Desarrollo Rural Sustentable. Este grupo de ingenieros-científicos lograron encapsular el agua con convertidores químicos, por el cual el agua se convierte en gelatinosa y se encostala. Se aplica en la tierra, se colocan las semillas, germinan y se desarrollan las plantas.

Beymar López Altuzar

El invento permite que tierras áridas se conviertan en altamente productivas, en todo tipo de granos, cereales, frutales y legumbres. Además, da una respuesta a las necesidades de dotar humedad a la forestación. Trabajan en conjunto, como el ingeniero Miguel González García, con fertilizantes provenientes centralmente del cultivo de lombrices.

Es un logro que han presentado al gobierno y a los mismos diputados, como al legislador Emilio Chauyffet, para solicitar crear un fondo financiero y, con ello, sea un programa nacional.

En el proyecto de Tlaltizapan, Morelos, otros ingenieros, con Prócoro Díaz, hicieron el estudio del suelo para la siembra. El agua cristalizada se empaquetó en costales de 25 kilos, un costal rinde para una hectárea de siembra, desde la germinación hasta la cosecha, señaló el Sergio Jesús Rico Velazco. Un futuro se abre en la tierra de Emiliano Zapata.