En conferencia de prensa, Antonio Montecinos Torres, director del Centro Empresarial Gastronómico Hotelero (CEGAHO), ofreció una plática en donde destacó que México no ha dado un real posicionamiento del turismo gastronómico y, que al momento son pocos los productos y servicios especializados y los que existen en su mayoría son desarrollados de manera improvisada sin fundamentación teórica, científica y de manera utópica entre otros por falta de políticas públicas prioritarias y de planificación a largo plazo.
Situación que es grave ante la gran riqueza en alimentos que tiene México y que no se ha sabido detonar este sector, como lo han realizado naciones como España que tiene casi 6 millones de turistas que visitan diversas regiones por su comida tradicional.
Puso énfasis que no porque la UNESCO declarara a la comida tradicional mexicana (sólo la michoacana no todo el país), como patrimonio inmaterial se debe pensar que ya todo está hecho y que las 18 rutas gastronómicas que se lanza a nivel gobierno, aceptó no ha funcionado, pues no se tiene ni la infraestructura, ni la capacitación adecuada.
Recordó que el 25% del turista considera muy importante la comida al realizar un viaje y un 58% de los turistas piensa en la comida antes de realizar su viaje; lo que hace vital que este rubro se detone, ya que un turista gastronómico gasta un 50% más de recursos económicos que uno que va al sector de sol y playa.
Más resaltó que, no puede pensarse en una gran detonamiento de este sector cuando existen regiones de México de estados muy ricos en gastronomía como es Guerrero, Michoacán, Oaxaca, por mencionar algunos que no tienen recursos ni para comer, así que no se les puede pedir que den alimentos a los turistas; siendo este un ámbito que no han pensado las autoridades del turismo nacional.
Lo cual, se refleja en problemas que van desde la extinción del pez blanco en Michoacán que se caza para el turismo; o el atún en Baja California; cosa que no debe permitirse y tendría que ser reglamentado de manera correcta.
Enfatizó que se deba aprovechar este mercado y la posicionamiento de México entre los 10 principales receptores de turismo mundial, y que el año pasado le permitirá captar a poco más de 29 millones de personas que dejaron una derrama de 16 mil 257 millones de dólares, poniendo en valor uy planificando productos gastronómicos y turísticos que deben ser aprovechados.
Propuso que se deben establecer políticas prioritarias para el desarrollo de la gastronomía y el turismo gastronómico sostenible, que si bien deben ser encabezadas en un inicio por el gobierno, los diversos grupos de interés deben participar de manera vigorosa e integral.
Denotó que un primer sector esencial por establecer es primero asegurar la seguridad alimentaria de las entidades y regiones antes de pensar en impulsar el turismo gastronómico; y que el turismo gastronómico debe ser un actividad complementaria no prioritaria de los destinos y que no rebase la biocapacidad de dichas zonas.
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