Cuando los aztecas fundaron Tenochtitlan nunca imaginaron que ese pequeño poblado,asentado sobre una isleta, en el centro de uno de los cuatro lagos que existían en la región central del territorio descubierto, se convertirá, al paso del tiempo, en una de las tres metrópolis del mundo.
La hicieron siguiendo los pasos de esos tiempos: cerca del agua para acceder con facilidad a este recurso y en una tierra fértil que les dotara de los bienes esenciales para la vida. Ahí comenzó la tragedia. Inundaciones repetidas se tuvieron desde el inicio mismo. Siguen hasta la fecha, durante la época pluvial que dura unos siete meses, mientras que, al desecar el lago, enfrentaron las persistentes sequías, en el estiaje. Pero no sólo el agua es el problema. Lo son también su cercanía a los volcanes, poéticamente vistos como guardianes del valle, pero, al estar activos, en cualquier momento pueden despertar, como en años pasado lo ha hecho el Popocatépetl, aunque no con tanto furor, como otros similares en el Planeta.
La Ciudad de México, antes Tenochtitlan, registró durante el siglo pasado un crecimiento desbordado en sentido horizontal. Lo hizo hacia los cuatro puntos cardinales. Pronto, las reservas ecológicas sucumbieron a los embates del cemento. Sólo en los últimos años se ve hacia lo vertical. Grandes rascacielos aparecen el solar metropolitano. Primero en zonas de alta plusvalía; ahora, también en la populares. Estos problemas aumentan su peligrosidad por los efectos del Cambio Climático (CC), que se abate por todo el Planeta. En esta realidad, el jefe de Gobierno del DF (GDF), Marcelo Ebrard, hizo un esbozo de la vulnerabilidad de la metrópoli, en Ginebra, Suiza.
LA VISION DE EBRARD
“El DF es una de las zonas más vulnerables”, dijo, en conferencia, luego de participar en la sesión plenaria “Invertir hoy para un mañana más seguro: una mayor inversión en medidas locales”, de la Tercera Reunión de la Plataforma Mundial para la Reducción del Riesgo de Desastres, organizada por la ONU. Ebrard señaló que la Ciudad de México es una “de las más vulnerables”, al ubicarse en zona sísmica, tener un volcán activo a 72 kilómetros y haberse construido sobre un lago”. Dijo que cualquier cambio en el patrón de lluvias por el CC le puede afectar de forma “muy grave”.
LA SOLUCION
El planteamiento de Ebrard ante los representantes mundiales, asistentes a esta reunión, fue realizar acciones globales. El riesgo mayor que enfrentan las ciudades es el CC. No vamos a poderlo hacer a nivel local si no se toman medidas a nivel global, entre ellas, aterrizar los 30 mil millones de dólares que ofrecieron hace año y medio (en la COP15 de Copenhage) y que no hemos visto todavía nada”, expuso. Al término de la plenaria, Ebrard se reunió con el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, a quien le planteó la posibilidad de que, en septiembre, al inicio de la plenaria del organismo internacional, pueda presentar el avance del Pacto de la Ciudad de México.
Este pacto se realizó el año pasado, previo a la COP16 de Cancún, y reunió a alcaldes de varios países para trabajar, en forma común, políticas gubernamentales para enfrentar al CC. El documento define esas medidas y ya ha sido firmado por 150 ciudades de diferentes países del mundo. En el caso de México sería, precisamente, “para ampliar nuestra capacidad de drenaje (Sistema de Drenaje de la Ciudad de México)”, dijo Ebrard.
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