Cuántas veces se escuchan historias de celebridades y famosos que han vencido circunstancias y hechos adversos en sus vidas previas a la fama. Justo, muchos de ellos, sino es que la mayoría, son admirados e imitados, y más de la mitad de sus fans ha soñado con algún golpe de suerte que los catapulte a una vida de éxito y lujo.
Sin embargo no sólo es un golpe de suerte. Tiene que ver con el talento y con que se han topado con personas que les han brindado la posibilidad de cambiar su destino.
Al respecto, Jimena Cándano, Directora General de Fundación Reintegra, dijo que “damos las segundas oportunidades que los chicos necesitan, pues nos interesa que quienes tengan ganas de salir adelante, lo logren a través de potenciar su talento y dirigir sus esfuerzos a acciones positivas”.
A través de distintos talleres y actividades y de dar un verdadero seguimiento personalizado, los jóvenes que ingresan a Reintegra, en un 97% no reinciden en actos delictivos. “Nuestro objetivo es reintegrarlos a su vida cotidiana, a través del desarrollo de sus propias habilidades individuales, familiares y sociales. Este trabajo se realiza dando atención directa a adolescentes y sus familiares” continúa Jimena.
Destacó que en 20 años que lleva el programa Construyendo Proyectos de Vida: Reinserción de Adolescentes, han beneficiado a más de 1,600 adolescentes y a más de 3,000 familiares, impactando de forma indirecta a más de 14, 000 personas.
Reintegra permite que quienes se acerquen a la fundación aprovechen su talento para darle un sentido positivo a sus vidas. “Estamos cambiando historias y eso es lo más satisfactorio que hacemos en Reintegra”, comenta por último.
Es por ello que, para comprender la importancia de las segundas oportunidades y de brindar espacios y actividades donde se potencien las habilidades, la vida de estos famosos nos demuestran que, una actitud o acción negativa no es determinante, no etiqueta quién eres y permite comprender que no es imposible cambiar tu futuro.
Winona Ryder
La actriz que en los 90´s fue una de las máximas estrellas en el cine norteamericano, y que regresó a los reflectores por su personaje en la serie de Netflix, Stranger Things, estelarizó a inicios del año 2000, uno de los más sonados escándalos de la farándula, cuando fue encontrada culpable de robo y vandalismo, al hurtar en una tienda en Beberly Hills más de 5, 500 dólares en productos y dañar un bolso. Winona fue sentenciada a libertad provisional, tuvo que pagar una fianza y cumplir horas de servicio comunitario, pero dicho tropezón la hizo reivindicarse y demostrar que esto no la marcaría en su futuro.
Mark Wahlberg
El actor de éxitos taquilleros como Transformers o El planeta de los simios y películas más serias, como Los infiltrados o El peleador, que le han permitido demostrar sus capacidades, a los 16 años enfrentó un proceso legal juzgado como adulto, y en palabras del mismo Mark, eso fue un parteaguas en su vida. Después de pasar un tiempo en prisión, comenzó su carrera musical, después como modelo y finalmente como actor. En 2001, sentó las bases de la Fundación Mark Wahlberg con la idea de conseguir y distribuir fondos entre la juventud que les permita un futuro positivo.
Robert Downey Jr
Otro famoso que con una niñez y adolescencia rodeada de alcohol y drogas, logró cambiar los papeles. Su entorno familiar no fue el mejor. Su papá lo instó al consumo de drogas aún siendo un niño y él comenzó a alcoholizarse posteriormente. Estas acciones desencadenaron que fuera arrestado en varias ocasiones, y pasar un año en prisión. Sin embargo, decidió dedicarse al cien a su carrera actoral, y en la actualidad, además de tener una prolífica trayectoria, no consume ni analgésicos.
Danny Trejo
Este actor, mejor conocido como Machete y con rasgos faciales inolvidables, estuvo en prisión por 11 años. Antes de actuar en infinidad de filmes, tuvo una vida compleja al estar relacionado con robo a mano armada y tráfico de drogas, pero fue la cárcel el espacio donde consideró qué camino tomar y redimirse, demostrando que la actuación era su destino.
Estos cuatro ejemplos, a grandes rasgos, demuestran que los errores son algo que forma parte de la vida, pero que no son definitorios para el futuro, que permite verlos como una oportunidad para reafirmarse y lograr lo que hemos estamos soñando.
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