Nuria Urquía Fernández, representante de la FAO en México, comentó que la seguridad alimentaria tiene cuatro componentes que deben ser tomados en cuenta como es la cantidad, acceso disponibilidad, uso y estabilidad de los alimentos y que tienen mucho que ver entre ellos para bien de la cadena de atención a la persona.
Resaltó que México es el décimo tercer productor de alimentos del mundo y que mucho se exporta como es la fruta y la horticultura, pero en los sectores estratégicos la importación se dispara pese a ser el cuarto productor de maíz del mundo, en donde su demanda es mayor.
Además de grandes importaciones en huevo, maíz blanco, café, azúcar, leche, carne de aves, carne de bovino, trigo, arroz y soya, hacen muy urgente estar alertas a estos sectores estratégicos de la alimentación local.
La funcionaria internacional destacó que la producción local e importaciones y sustrayendo las perdidas en calorías se produce en promedio de 3,180 calorías que supera en 500 calorías lo recomendado por organismos saludables y esto es lo disponible en la media, no significa que todos lo consuman, pero esto se refleja en los índices de obesidad.
Pero en materia de ingresos la canasta básica va al alza creciendo más alto que el salario mínimo y esto hace que los pobres tengan más problemas de acceder a los alimentos, siendo un 19% de la población, -21 millones de personas- que padecen pobreza alimentaria.
De éstos, unos 11.3 millones de personas que padecen hambre severa y que les es cotidiano el no consumir una de las tres comidas del día y su dieta es monotemática en donde consumen ya sea sólo maíz y frijol; situación que se recrudece en municipios rurales y zonas indígenas.
Alertó que 1 de 3 niños indígenas padecen desnutrición crónica, que se refleja en talla baja, pero esta grave situación se palia al pasar los 5 años; sin embargo, estas cifras en menores de 5 años se tienen problemas de hambre a niveles de Burkina Faso, siendo el problema focal en los menores en zona indígena.
Sobre otro tema, dijo que los mexicanos consumen y gastan más en refrescos y cárnicos que en frutas, por eso los graves problemas de obesidad y los más pobres gastan el triple en refrescos que en leche, lo cual refleja los graves consumos de azúcar.
En términos generales dijo que los mexicanos han pasado a tener malas dietas y ejemplificó que el consumo de maíz baja de 54% de 1970 a 43% al 2007, aumento de grasas del 7 en 1970 al 11% en 2009 y en azúcar paso de 13% en 1970 al 15% en 2009.
En respuesta directa a un representante de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), que indicaba que la respuesta al hambre son la creación de alimentos en el hogar, la representante de la FAO le desmintió indicando que la respuesta es crear empleo y desarrollo económico que es la respuesta para que esta gente tenga recursos para alimentos ya que no se puede ver a la gente como sólo dependiente de apoyos oficiales, tal y como son las actuales campañas contra el hambre de la Federación.
Aquí cabe mencionar la participación del titular de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (Sagarpa), Enrique Martínez y Martínez, quien aceptó que en México existen 21 millones de personas que padecen hambre y que es esencial la atención a esta población, y espera que el Acuerdo por el Campo para subsanar diversos atrasos en el campo productor se establezca el próximo año al pasar los procesos de reformas actuales.
Ello fue dado a conocer en el Foro de discusión titulado “Sistemas Alimentarios Sostenibles: Una Política Integral de Seguridad Alimentaria y Nutricional”, organizado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).
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