En el Distrito Federal se concentra casi la octava parte de la basura que se generan en todo el país. Esta generación, concentración y manejo de grandes cantidades de residuos sólidos represena un desequilibrio ambiental de difícil resolución.
La Ley de Residuos Sólidos del Distrito Federal promueve que separemos la basura en orgánica e inorgánica con la finalidad de reducir la cantidad de materia que se deposita en el relleno sanitario, por medio del reciclaje, la reducción y reutilización de la basura. La Ley establece que la separación de residuos debe realizarse desde el lugar de origen, es decir, desde los hogares, las escuelas o las oficinas. El programa atiende los residuos identificados como Residuos Urbanos y los Residuos de Manejo Especial: desechos de construcción, llantas usadas, derivados de actividades industriales y agrícolas, entre otros.
Tan mencionada separación facilita que, con la basura orgánica se realice composta y que la basura inorgánica sea destinada, ya sea a centros de reciclaje, o al relleno sanitario, se espera que este último sea el menos visitado.
Pese a la gran lista de cosas buenas que trae la separación de basura, tambien nos enfrentamos a problemas serios, aún cuando los ciudadanos nos comprometamos a separarla, con el tiempo y el espacio que esto requiere, el GDF no cuenta con los recursos necesarios para captar toda la basura separada, es así como vemos que en muchos lugares, a un año de la presentación de la Ley, todavía se mezcla la basura en los camiones recolectores. Tambien se abre una puerta más a la corrupción; la mafia de los recolectores de basura representa uno de los grandes conflictos que el Estado deberá solucionar sin caer en tratos mal intencionados.
En cinco meses se empezarán a aplicar las sanciones correspondientes a quienes cometan faltas a la Ley de Residuos Sólidos. Es nuestro deber cumplir con la separación, pero tambien es nuestra obligación exigir que el Gobierno cumpla con la infraestructura necesaria, el trato que se debe y que no caiga en una telaraña nueva de negligencia y corrupción.
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