Felipe Calderón, el Presidente de México, debería recurrir a su oficina de prensa para que en la síntesis hemerográfica, se aseguren y reaseguran, se incluya la nota en donde la ONU dice que el dos por ciento de impuesto al consumo es apenas razonable, no sé igual y para ellos quizás la temperatura podría sufrir una leve variación con el 15 por ciento, eso igual y a lo mejor sí es para poner un poco de atención.
Perdón, bueno no, ahora entiendo porque la ONU ha perdido mucho crédito entre el mundo y aclaro, no me refiero a las altas esferas, supongo que ahí es donde tiene su nicho. Luego entonces, entiendo que para ellos, concretamente para Magdy Martínez Solimán, el coordinador presidente de Naciones Unidas en México significa lo razonable.
Para ser sinceros creo que estaría en el mismo canal de Magdy, dijo por mi le pueden subir al consumo si quieren hasta el diez por ciento, y otro tanto más en igual número de artículos, aunque uno de mis senseis resople cada que le recuerda el aumento en la chela.
No manches polluelo, me dice, que suban la leche, la carne, está bien, pero que ahora también le pongan un precio prohibitivo a las chelas, eso sí es algo así como ofender al eterno. Creo que estos cuates, continúa con cara de sabio o de pensador de “Huichila”, no han avizorado que se puede crear un conflicto social y de grandes magnitudes. Dejar de comerte un buen trozo de carne se puede hacer, pero la chela ¡jamás!
Qué será de nosotros, interviene el alado que también es conejo, o sea como, y se arranca también con su disertación. ¡No polluelo, esto no es justo, es atentaorio de los derechos individuales del hombre!, dime a quién tengo que recurrir para que se modifique el pensamiento y lo haré.
Te imaginas qué vacía será la vida después de cumplir con el tan anhelado y esperado sábado futbolero con los cuadernos, compadres, cuñados, amigos y demás. Pues como además la chela sólo la tomo en ocasiones muy especiales, la verdad es que no me ocupa ni me preocupa.
Traidor a la patria eso es lo que eres, me exclamó enfrentando al mayor de los emplumados. Mira, le dije, pues ahora en lugar de llegar a tu casa, a las seis de la mañana, pues tendrás que llegar a las cinco, una hora más temprano, pero nada más, igual hasta y regresar con dinero de la quincena.
Estás mal, insistió, la toma de la chela es todo un ritual que debes aprender, no lo hace cualquiera, debes respetar tiempos, personas y hasta llegar a medir cuál será la reacción de tu media naranja. Todo eso lleva un principio, una dramatización, se llega a la cresta de la ola y luego baja hasta que, en plena cruda, te hacen levantar por comer hoy cakes, con mermelada de maple. Eso más que un desayuno sería motivo suficiente para presentar, no una queja, sino una demanda bastante formal ante la Comisión de Derechos Humanos. Cierro pico. Ven y ve.
Mi correo es: oviparo2002@yahoo.com.mx
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