Los pueblos indígenas enfrentan nuevas amenazas a sus derechos fundamentales. A la par de la discriminación, marginación, explotación y falta de oportunidades, son víctimas del despojo de sus riquezas y territorios, consideró Federico Navarrete Linares, del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Indicó que las comunidades indígenas en México viven en rezago social y económico en comparación con el resto de la población, sin acceso a servicios básicos de salud, vivienda, educación o protección social, lo que redunda en índices elevados de analfabetismo, enfermedades, muertes infantiles y maternas, desnutrición, con una esperanza de vida menor a la del resto de los mexicanos.
En comunicado de prensa se detalló que no se reconoce a estas comunidades como sujetos con historias, creencias y tradiciones únicas. En el fondo, ésta es una visión paternalista, racista y discriminatoria sin cabida en una sociedad moderna, aseveró.
Con las modificaciones constitucionales mexicanas recientes, estos pueblos corren el riesgo de perder el control sobre sus territorios y recursos naturales y ser vulnerados en sus derechos por distintos intereses, lo que puede provocar despojos de sus tierras por temas mineros y energéticos, advirtió.
Cabe mencionar que los indígenas están presentes casi en la totalidad de los municipios —sólo en 30 no están, de los más de 2,500 del país— y en todas las entidades federativas. El Instituto Nacional de Lenguas Indígenas cataloga su diversidad en 11 familias y 68 agrupaciones lingüísticas, con 364 variantes.
En 2010 residían en 64 mil 172 localidades. En 34 mil 263 se registró una proporción poblacional mayor o igual al 40 por ciento del total de sus habitantes, de acuerdo con el Catálogo de Localidades Indígenas 2010, elaborado por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
Asimismo, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) alerta que más de siete de cada 10 de los integrantes no son derechohabientes de alguna institución federal de salud.
Además que se calcula que 38 de cada 100 niños procedentes de una comunidad originaria padecen desnutrición infantil crónica, cifra tres veces mayor a la registrada en aquellos no pertenecientes a este sector, y las enfermedades respiratorias afectan a 39 de cada 100 menores de estos grupos, detalló el organismo.
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