Programa Interno de Protección Civil

Rafael H. Rivera

Se habla mucho de la prevención en materia de Protección Civil, sin embargo ¿qué es lo que nos quiere decir este término?, son acciones encaminadas a mitigar o reducir los efectos probables de una emergencia para evitar que se convierta en desastre.

Estas acciones, si lo vemos desde un ámbito personal, pudieran ser las destinadas a velar por la seguridad personal. Un ejemplo básico, puede ser la acción de encender la hornilla de la estufa, para lo cual, se toman ciertas precauciones, donde incluso, el orden en que realiza la maniobra tienen un efecto directo en la seguridad de quien lo realiza.

De igual manera, a nivel municipal o delegacional, se realizan planes de prevención, como pueden ser la tala de árboles, desazolve, limpieza de cauces y barrancas, capacitación en la identificación de riesgos a la población y a los mismos funcionarios públicos, entre otras acciones.

En los niveles estatal y federal, también se llevan a cabo planes y programas en cuanto a la colaboración y participación de cada una de las dependencias bajo sus propios ámbitos de competencia para detectar y mitigar los riesgos y peligros a los que está expuesta la población, en función de los fenómenos perturbadores que pudieran generar algún desastre.

Especialistas en el tema de la Protección Civil, concuerdan que elaborar un Programa Interno de Protección Civil resuelve muchas cosas de origen, establecer medidas de seguridad en los centros laborales, educativos, empresas y cumplir con la normatividad vigente, al menos en el Distrito Federal, se tiene que cumplir con los requisitos que establecen los Términos de Referencia para la Elaboración de Programa Interno de Protección Civil.

Estos Términos se refieren a la necesidad de contar con otros documentos que son: Visto Bueno de Seguridad y Operación, dictamen de seguridad en instalaciones eléctricas y de gas y registro de seguridad estructural, así como el desarrollo de cerca de 75 puntos que pudieran aplicar o no de acuerdo al tipo de establecimiento, al menos, 10 normas oficiales mexicanas y de otras supletorias.

Además de los planes de prevención que incluyen bitácoras de mantenimiento y de acciones para mitigar riesgos y peligros, como colocar película antiastillante en vidrios de ventanas y puertas, contar con extintores y señalización adecuada y evitar el uso de multicontactos, entre otras acciones.

En el rubro de atención a la emergencia, quiere decir que, a pesar de las medidas preventivas, una urgencia puede pasar a una emergencia mayor o puede estar inserta en un desastre y se requiere de la atención de la misma, por lo que se deberán activar planes de acuerdo a la emergencia que se presente.

En la fase de restablecimiento se busca no sólo regresar a las condiciones de operación normal en el menor tiempo posible, sino retroalimentar cada una de las acciones de prevención, atención y restablecimiento, para mejorarlos y reducir los tiempos de respuesta en función de una mejor preparación y evitar que se vuelva a presentar una emergencia bajo las mismas circunstancias.

Cada una de estas fases de prevención, atención y restablecimiento, se pueden llevar a cabo en nuestro hogares, bajo la figura que se denomina Plan Familiar de Protección Civil.

Estamos expuestos a diferentes fenómenos generados por el hombre o por la Naturaleza, llamados Fenómenos Perturbadores, algunos se presentan de manera súbita como los geológicos (sismos, vulcanismo, deslaves, grietas y fallas geológicas activas) y otros que la tecnología ayuda a contar con sistemas de monitoreo que permiten estar preparados antes de su impacto, como son los hidrometeorológicos (depresión tropical, tormenta tropical y huracanes), además de los generados por el ser humano como los incendios, concentraciones de personas y epidemias. Un buen programa de Protección Civil debe considerar cuál de estos fenómenos se puede presentar en el interior y el entorno del inmueble que se pretende proteger.

Siguiendo con el ejemplo de la elaboración de un Programa Interno de Protección Civil, en el Distrito Federal, la Ley establece que aún cuando es responsabilidad del propietario o apoderado legal de un establecimiento y que deberá ir acompañado con la Carta de Corresponsabilidad de un Tercero Acreditado, que define la legislación local como: “Personas físicas y morales registradas y autorizadas por la Secretaría para elaborar Programas de Protección Civil, impartir capacitación y realizar estudios de riesgo-vulnerabilidad, dar servicios de consultoría y asesoría en la materia”. En diversos estados de la República, la figura se conoce como Capacitador Externo.

Los Terceros Acreditados, al estar registrados y autorizados ante las autoridades, es importante verificar que se encuentren vigentes ante la autoridad correspondiente y para el tipo de actividad que se les pide que desarrollen, que puede ser elaboración de los Programas Internos, capacitación, elaboración de estudios de Riesgo-Vulnerabilidad o de Programas Especiales y capacitación.

La capacitación debe dirigirse a la Formación de Brigadas de Protección Civil y a la difusión a la población en general.

La capacitación de la Brigadas de Protección Civil ha ido cambiando su enfoque en función de las necesidades reales en el manejo de una emergencia, de tal manera que como “primero en la escena”, pueda accionar de manera ordenada y sin improvisaciones, desde la activación de la fase de emergencia, evacuación, prevención y combate de incendios incipientes (connatos), primeros auxilios y establecer el perímetro de seguridad.

Por lo anterior, el desarrollo e implementación de un Programa Interno de Protección Civil, se debiera ver, no sólo como cumplir un requisito administrativo más, sino como un conjunto de acciones y planes que permiten tener presentes los riesgos y peligros con los que convivimos y actuar en consecuencia, y que al ser en brigadistas en nuestros centros de trabajo e incluso en nuestro hogar, tomar la conciencia de que se contribuye a la salvaguarda, en primera instancia, de nuestra vida propia y de las personas que están en nuestro entorno directo.