Urbe 2010

Pedro Ernesto del Castillo Cueva comentaba alguna vez que el sur-sureste nacional sería una de las palancas del desarrollo nacional, por su situación privilegiada y riqueza sin par. Esta región la componen nueve entidades federativas: Guerrero, Chiapas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán, Puebla, Oaxaca y Quintana Roo. Su potencial productivo es de hasta 75.7 millones de toneladas de cultivos tropicales (actualmente, sólo produce 35 millones), suficientes para sustituir importaciones. En esta zona, la Secretaría de Agricultura (Sagarpa) ejecuta el  Programa Estratégico para el Desarrollo Rural Sustentable del Trópico Húmedo, a cargo de de, Del Castillo Cueva. Se trata de un proyecto del  Gobierno Federal, diseñado para abatir la pobreza, revertir la degradación ambiental y aprovechar el potencial productivo de los cultivos tropicales que tienen una alta demanda en el mercado local e internacional. La combinación de subsidios con financiamiento en cultivos de largo plazo, característica del Programa, permite a los inversionistas y productores enfocarse a actividades de más rentabilidad, valor agregado y cuidado ambiental. Es parte importante del TLC, integrado al Plan Puebla-Panamá (PPP), que no ha podido concretarse del todo, pero que camina en ese rumbo. A la fecha,  más de 50 inversionistas privados y representantes de cooperativas y asociaciones de productores sociales apoyan 476 proyectos productivos, 233 corresponden a empresas sociales (que agrupan a miles de productores de la región sur del país) donde se desarrollan 13 cultivos emblemáticos del Trópico Húmedo, como palma de aceite, cacao, palma de coco, miel, jatropha, hule y café, entre otros. Estos proyectos productivos detonaron, en el presente año,  una inversión superior a los 3 mil 829 millones de pesos, beneficiaron a 103 mil productores, generaron 9.5 millones de jornales y ampliaron la cobertura a 390 mil hectáreas de cultivos tropicales. Por ejemplo, se sembraron casi  4 mil hectáreas de jatropha, por lo que el sureste mexicano se habrá de convertir en la principal zona abastecedora de biocombustibles para el país.

Con el simple hecho de que las naciones cumplan su compromiso adquirido en la COP15 de Copenhage de reducir en general sus emisiones de dióxido de carbono equivalente en 60 por ciento y conseguir por ahí algún compromiso más pequeño se puede mantener a raya el calentamiento climático, incluso, por debajo de los 2 grados cetígrados durante el siglo XXI, según el último estudio del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente que se dio a conocer a escasos días de la COP16 de Cancún. Para evitar que la actual temperatura del Planeta se incremente en 2 ó más grados centígrados es necesario que los gases de efecto invernadero queden en 44 mil millones de toneladas anuales, en los próximos 10 años. Si las naciones cumplen sus compromisos de la COP15, se estarían generando 49 mil millones de toneladas de CO2e anuales. Así que para llegar a la meta deseada sería necesario reducir 5 mil millones de toneladas de los contaminantes más. Precisamente la reducción de esos 5 mil millones de toneladas es lo que se buscará negociar en la COP16. Ojalá que los funcionarios de la ONU tengan muchos éxitos en esta empresa, pues se asegura que todo es cuestión de querer para poder. El estudio del Pnuma indica que en 2009, la humanidad emitió 48 mil millones de toneladas de GEI’s; para el 2010, se calcula que se tendrá un incremento de por lo menos 3 por ciento y si los acuerdos y negociaciones fallaran, entonces para el 2020 se estarían emitiendo más de 56 mil millones de toneladas y bajo este panorama, la situación quizá no fuera reversible. Por otra parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos afirma que como en la actualidad, el 50 por ciento de la población mundial vive en ciudades, éstas son ahora, responsables de la emisión de dos terceras partes de los gases de efecto invernadero. Además, cabe destacar que la sede de la COP16 es realmente un caos ecológico, porque construcciones realizadas desde los años 1970 cambiaron la dinámica de la zona, afectando principalmente la distribución de la energía del oleaje, corrientes, viento, desaparición de la duna costera, relleno de manglares y provocó contaminación de mantos freáticos.  Así que Cancún dejó de ser el paraíso ambiental por la destrucción de manglares, erosión de playas y la construcción de un mayor número de cuartos de hotel de los que puede soportar el ecosistema (solamente tienen capacidad para 30,990 cuartos y tiene más de 50,000), aunque la Profepa únicamente lleva contabilizados 36, 852.

¿Cómo se puede hablar de vanguardia cuando vivimos en un desorden urbano que abarca las delegaciones de Tláhuac, Xochimilco, Tlalpan, Magdalena Contreras, Álvaro Obregón, por citar sólo las más afectadas?, ¿cómo se atreven a hablar de vanguardia cuando el gobierno local ha abandonado las pocas áreas boscosas que nos quedan, y que son destruidas diariamente por invasiones de tierras y asentamientos irregulares en zonas de riesgo?, ¿es posible hablar de vanguardia en una ciudad donde el promedio de velocidad es de 20 kilómetros por hora en los momentos críticos, que son mañana, tarde y noche?, ¿cómo se puede hablar de vanguardia cuando el transporte público se encuentra en pésimas condiciones, con miles de microbuses que dan un servicio deprimente, y que además son objeto de continuos asaltos a los pasajeros aún en avenidas tan céntricas como la Calzada de Tlalpan?, ¿y qué decir del Metro que es nuestro mejor sistema de transporte público, pero la actual administración lo tiene en un creciente descuido por falta de mantenimiento y la invasión del comercio informal en todas las estaciones?, ¿se puede hablar de vanguardia con un metrobús que no acaba de convencer por su insuficiente circulación y los problemas colaterales que provoca para el tránsito en una ciudad ya de por sí colapsada y estrecha?. Este es un párrafo del editorial Desde la Fe, semanario de la Iglesia Católica y en el cual, olímpicamente, le llaman “Pinocho” a Marcelo Ebrard Casaubón. Sí le interesa leer el editorial completo, búsquelo en siame.com.mx

Con el Programa de Sustentabilidad Hídrica del Valle de México (PSHVM) y otras acciones adicionales, se pretende sanear Xochimilco, Tláhuac, la Laguna de Xico y Chalco, entre otras zonas, asegura el director general de la Conagua, José Luis LuegeTamargo. Además, indicó que tras el éxito obtenido con el primer Programa de Empleo Temporal (PET) para sanear canales en Xicalhuacán, una región de Xochimilco considerada de alta marginación, para 2011 se volverá aplicar. Asimismo, comentó que con pocos recursos se puede hacer mucho y prueba de ello es que con los trabajos de conservación del Medio Ambiente, así como de limpieza de canales, deshierbe y reforestación, se beneficia a más de 8 mil 500 personas de esta localidad que se encuentra asentada en el centro de cuatro acequias consideradas como un foco de contaminación.