Facebook, YouTube e Instagram se han convertido en plataformas que catapultaron a ciertas personas al estrellato, otorgándoles el galardón de “Influencers”. Es tal la cantidad de seguidores que cosechan y el dinero que se mueve a su alrededor que los cibercriminales han enfocado su mira en ellos, poniendo en práctica estrategias y engaños que les permitan sacar su propio rédito económico.
Al respecto, la empresa de ciberseguridad ESET analizó las tácticas más frecuentes utilizadas por los ciberatacantes para acceder al dinero y de qué manera los influencers pueden estar más protegidos.
El mercado mundial de marketing de influencers, que en el año 2022 fue valuado en 33,200 millones de dólares, seguirá creciendo exponencialmente. De hecho, se espera que para el año 2032 roce los 200 mil millones de dólares.
A su vez, según el sitio HubSpot existen varias categorías de influencers según la cantidad de seguidores y dependiendo de ello (entre otros factores) “un nanoinfluencer gana entre 10 y 100 dólares, un micro entre 100 y 500 dólares, y un macro entre 5,000 y 10,000 dólares por publicación”. Estas cifras sirvieron como cebo para que los cibercriminales comiencen a buscar estrategias para sacar un rédito económico.
La ingeniería social es una de las herramientas preferidas de los ciberatacantes para vulnerar a los influencers, que muchas veces no tienen los recursos o los conocimientos con los que habitualmente se protegen las empresas.
El malware siempre presente en los ataques a los influencers, ya sea por la descarga de algún archivo malicioso o un clic en un enlace también apócrifo. Así, los ciberatacantes pueden tomar el control muy fácilmente de las cuentas y manejarlas. Esto lo logran al publicar contenidos que nada tiene que ver con el que comparte el influencer normalmente, borrando todo el contenido que había disponible, y hasta cambiando el logo y el nombre de las cuentas. También es común que los actores maliciosos pidan sumas exorbitantes de dinero para que la víctima pueda recuperar sus redes sociales.
Otra de las técnicas que se conoció en el último tiempo puntualmente en Instagram consiste en que los ciberatacantes duplican la cuenta original del influencer y piden su suspensión. Para ello, o bien adquieren una cuenta verificada, cambian la biografía e imagen de usuario, para luego presentar un informe a aduciendo que en realidad la víctima se está haciendo pasar por él. Otra opción es realizar un “ataque de spam” contra la cuenta, denunciándola, ya sea por mostrar imágenes de desnudez o violar algún derecho de autor. Una vez que el atacante logra que la cuenta sea suspendida, se comunica con la víctima para ofrecerle el desbloqueo a cambio de dinero.
La suplantación de identidad es otra de las técnicas utilizadas en el ámbito de las redes sociales, pero en este caso las víctimas son los seguidores. Es normal que los influencers lancen sorteos, los cuales generan un alto nivel de interacción. Allí entran en juego los ciberdelincuentes, que crean una cuenta duplicada que se hace pasar por la original, y desde allí contacta a los usuarios informando que han sido ganadores de algún sorteo. El objetivo es acceder a la información personal y financiera de sus víctimas.
Más allá de todas estas estrategias que existen actualmente, los influencers pueden tomar acciones concretas para no ser una víctima más de los engaños de los ciberatacantes. ESET comparte algunas buenas prácticas para tener en cuenta:
Desconfiar como primera medida, si una oferta laboral o posibilidad comercial.
No brindar información personal ni financiera sin tener confirmado al interlocutor; no dejar que ninguna persona, empresa o aplicación realice publicaciones en sus redes; y utilizar en todas las cuentas contraseñas únicas, robustas, extensas y seguras.
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