A diferencia de tiempos pasados en que se gestionaba el conocimiento adquirido, hoy se debe pensar en la ignorancia, aquellas dudas que, con los nuevos descubrimientos, surgen constantemente, discusión que con temas como la pandemia, el cambio climático y movimientos antivacunas cobran mayor trascendencia.
Así lo consideró Peter Burke, historiador de la Universidad de Oxford, al abrir el ciclo de conferencias “Una cita con la Biblioteca Nacional de México: Historia de la lectura y del libro en la pospandemia. Reflexiones sobre un porvenir incierto”, que inició a través de la página de Facebook del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Burke fue enfático al manifestar que “en el caso del esparcimiento del COVID o el cambio climático el problema es la negación, la gente no cree que el problema esté ahí. Pero el verdadero problema es que en ambos casos existe demasiada información, que la mayoría de las personas no comprende, y nos quedamos en la posición de solamente confiar en lo que los medios de comunicación nos dicen cada noche, ya sea que las cosas son mejores o peores. La falta de comprensión sobre la ciencia nos hace imposible tener una postura crítica y este es el problema”.
La vida diaria depende de conocimiento técnico, el cual 99 por ciento de la población no entiende, y nos dificulta asimilar o distinguir entre la verdad o mentiras; y la vida en un mundo cada vez más tecnificado nos quita la posibilidad de entender de qué se tratan las cosas, detalló el historiador británico.
Luego de considerar necesario que se reflexione más sobre la ignorancia y su influencia en el mundo actual, rememoró que cuando se genera un proceso histórico, suele descartarse gran cantidad de conocimiento y se dejan atrás aquellos datos considerados “irrelevantes”, pero a la larga se puede ver que no fue la decisión correcta.
Como ejemplo de este proceso, detalló, está el surgimiento de la actual emergencia sanitaria, toda vez que eliminar elementos de la historia ha llevado a que no se tengan buenos registros de cómo empezaron pandemias anteriores como la peste, viruela o cólera, las acciones que permitieron controlarlas y cómo evitar que se perpetuaran.
Adicionalmente, el autor de “The Renaissance Sense of the Past” comentó que la ignorancia ha sido vista como la ausencia de conocimiento, espacios en blanco en el mapa intelectual; sin embargo, también se debe considerar como aquello que puede producirse por fabricantes, por ejemplo las empresas tabacaleras que generan duda, confusión e incertidumbre sobre el cáncer pulmonar.
“En cualquier caso, la ignorancia en el sentido de ausencia de conocimiento es demasiado importante para que los historiadores lo ignoren. Intentar estudiarlo plantea una pregunta incómoda, cuáles son los métodos para estudiar una ausencia, siempre se puede ver la historia de la idea. Por ejemplo la afirmación socrática de que todo lo que sabe es que no sabe nada”, apuntó.
Por su parte, la coordinadora de Humanidades de la UNAM, Guadalupe Valencia García, expresó que este tipo de reuniones que atraen a especialistas de todo el mundo, través de las nuevas tecnologías, son de gran beneficio para la academia, la cultura del libro, y la sociedad lectora.
Externó que “no podemos ignorar los avances tecnológicos que nos ha traído esta difícil época, sobre todo en el ámbito de la comunicación a distancia, la cual nos ha permitido acercarnos a más lugares y con muchos más colegas a través de las aplicaciones y plataformas digitales. A dos años no solo hemos dominado estas tecnologías, sino que hemos aprendido a hacer más efectivo su uso para que los encuentros sean más dinámicos y productivos para todos”.
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