Alberto Soto Cortes, director del Departamento de Arte de la Universidad Iberoamericana, dijo que la pandemia cambio la forma de entender y realizar las políticas públicas en cultura, que en la actualidad deben ser más sociales, participativas y requieren actualizarse a una nueva normalidad.
Detalló que los principales atrasos de las políticas culturales en México, ha sido volver a la cultura un objeto como el cine o libros sino que son manifestaciones sociales que los individuos tienen diversos objetivos; el sólo medir el éxito de las políticas culturales con factores cuantitativos como son las inversiones en el sector o contabilizar a personas beneficiadas por arte físico; así como que los poderes se desarticulan de la sociedad y se tienen ministerios o secretarías de cultura que no aprovechan los conocimientos académicos y de colectivos sociales y locales.
Los retos de las políticas culturales del país, indicó que los problemas sociales y económicos son grandes retos, pero sin cultura no existen avances humanos, pues no sólo es un tema de recursos económicos para el sector en México y todo el planeta. Se requiere la voluntad de incluir a todos los sectores sociales en un proyecto mundial de desarrollo sin pensar en las culturas únicas.
Declaró lo anterior en el marco de Mondiacult 2022, la UNESCO, realizado en la UI, sede del Foro Internacional “Las universidades del mundo: políticas culturales y desarrollo sostenible de los países”, donde se analizan los nuevos paradigmas que el sector cultural enfrenta a nivel mundial, reafirmando el papel de la cultura como eje transversal del desarrollo sostenible, en línea con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y como continuación asimismo del Foro de Ministros de Cultura de la UNESCO (19 de noviembre de 2019, París, Francia).
Dijo que las diferentes universidades del país tienen claro su propio quehacer educativo que parten de una propuesta cultural, pero el Estado apoya a unos de forma diferente a las manifestaciones culturales, no debe ser la mayor preocupación. Se debe hacer un llamado al Estado, empresas y organizaciones sociales, que son el eslabón esencial.
Mientras que la juventud se está formando en una nueva normalidad y las políticas culturales deben actualizarse a dicho contexto. «Nos costó muchas décadas de pensar que existía sólo una cultura, pero no se puede hablar de una sola cultura, pero las legislaciones está moldeada por esa percepción por la cultura nacional”.
En muchas naciones se tienen deudas enormes con la cultura, falta apoyos en general a los jóvenes, mujeres, a quienes están en sitios donde el acceso a la cultura es limitado. No todo son los grandes espacios como son las grandes ciudades.
Calificó que los tres puntos esenciales que se tratan en el Foro Mundial es la apertura a la sociedad civil en el diseño de políticas públicas culturales; las universidades tienen que hacer sinergia y trabajar en los grandes pendientes sociales, no es tema de unos pocos individuos; se tiene un mundo diferente que necesita sostenibilidad, equidad, paz, cultura, etc., que es una tarea que se tiene que laborar desde las aulas.
En dicho tenor, dijo que el trabajo de primer piso en aspectos culturales, debe tener un eslabón muy fuerte con los municipios así como las comunidades, deben aprovechar el trabajo de todos los centros educativos para tener soluciones locales y no estar a expensas de las soluciones de personal foráneo.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que tienen interrelación con aspectos culturales, acotó, no serán cumplidos no sólo por México sino por todo el planeta, pues la pandemia demostró lo vulnerable que es la sociedad humana.
“Nos vamos a quedar cortos y la experiencia adquirida es que los ODS deben ayudar a profundizar más en las realidades locales no sólo en las grandes cifras nacionales, pues existen problemas actuales que impedirá se alcancen los ODS”, dijo.
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