Cultura

Quiero que me quieras

Por: Josman Espinosa Gómez, Académico de CETYS Universidad

 El querer que nos quieran tiene mucho que ver con la forma en que una persona se valora, por ello es importante considerar los siguientes puntos para evaluar nuestra situación de necesidad al respecto:

 Primero que nada, hay que entender que en nuestra vida existen relaciones con la pareja, familia, amigos, compañeros en general donde generamos la necesidad de ser queridos. Para evaluar si tenemos tendencia a establecer relaciones de este tipo, el primer paso es identificar las características propias de dicho tipo de relación, en la siguiente preguntas encuentras una guía para ello.

 ¿Tu felicidad se centra en una sola persona? Es decir, no disfrutas de otra cosa que no sea estar con quien amas o aprecias

  • ¿Evitas a toda costa llevar la contraria para evitar enfrentamientos porque te invade el temor a molestar o a ser rechazado?
  • ¿Antepones los deseos de otros, al tuyo propio?
  • ¿Sientes como si no tuvieras capacidad de decisión?
  • ¿Solo estás bien contigo mismo cuando percibes que eres querido?
  • ¿Sueles tener miedo a perder a esa o esas personas que tanto amas o aprecias?
  • Y ese miedo, ¿te impide disfrutar de las relaciones afectivas?
  • ¿Caes fácilmente en los chantajes emocionales, porque no soportas que alguien sufra por tu culpa?
  • ¿Sacrificas tu felicidad para dársela a otros?
  • ¿Prefieres sufrir antes que dejar a la persona que quieres?
  • ¿El otro es quien le da sentido a tu vida?
  • ¿Sientes que eres responsable de la felicidad de los demás?
  • ¿Necesitas tener el control de la vida de la otra persona para tener la seguridad de que no la perderás?
  • ¿La otra persona es el centro de tu vida, tus amistades y familia pierden importancia para ti?
  • ¿Sueles aislarte socialmente? En otras palabras, sólo quieres estar con esa persona la mayor parte del tiempo
  • ¿Tu relación te genera ansiedad?

 Si con las repuestas que te has hecho reconozces que tienes este problema, ya diste el primer paso.

 Una vez aceptado el problema, debemos realizar un listado de las cosas que hemos llegado a hacer por alguien y que de una u otra forma nos perjudicaron o disgustaron. Una persona con el perfil que estamos identificando no tiene como prioridad su propia persona, sino al otro para no perderlo. Una vez que tengas la lista, reflexiona sobre el daño que te has causado al tener estas actitudes constantemente.

 Las relaciones en las que está presente esta necesidad se dan principalmente por la baja autoestima. En este caso, el trabajo a realizar es reforzarla para lo que hay que informarnos sobre el tema. Este proceso podemos hacerlo también con la ayuda de un profesional (psicólogo). Es fundamental darle la importancia que se merece y no perder el objetivo de vista: nuestro propio bienestar.

 La vida es mejor con alguien, pero esto no es posible si no logramos estar bien con nosotros mismos primero. Es necesario que aprendamos a estar y, sobre todo, a disfrutar estar solos. Cuando el amor empieza por ti y la atención principal en tu vida eres tú, es cuando es posible relacionarnos con los otros de manera sana. Y aunque relacionarnos es parte de lo que somos como seres humanos, es fundamental entender que hay una gran diferencia entre “querer” estar con alguien y “necesitar” estar con alguien. Cuando necesitamos del otro, tarde o temprano las cosas dejarán de funcionar.

 Si aprendemos a disfrutar la vida por ti y para ti y empezamos hacer lo que a nos gusta sin la aprobación de nadie más: -viaja, come, baila, estudia, trabaja y haz todo lo que quieras hacer, sin que haga falta el permiso de otra persona. Así encontrarás el camino de la libertad, y con ello, la posibilidad de relacionarte sanamente con otras personas libres que al final también deseen compartir un camino juntos, pero desde la riqueza individual de cada uno sin la necesidad de buscar en el otro lo que les falta.

 

 

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