De acuerdo con la Secretaría de Salud federal, 1.4 millones los niñas y niños mexicanos de uno a cuatro años tienen niveles superiores a 5 mcg/dl de plomo en la sangre; de los cuales, 26 por ciento se encuentra en la zona sur y 21 por ciento en la zona centro del país, donde se registraron, 38 mcg/dl y 47 mcg/dl, respectivamente.
La mayor prevalencia se concentra en Puebla con más de 46 por ciento, seguido de San Luis Potosí con 37 por ciento, Tlaxcala 36 por ciento, Estado de México 30 por ciento, Oaxaca 29 por ciento y Ciudad de México 28 por ciento.
Al respecto, Marcela Tamayo y Ortiz, doctora en epidemiología ambiental y ocupacional adscrita a la Unidad de Investigación de Salud en el Trabajo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) explica que, desde el vientre, cuando el feto está en formación necesita ciertos nutrientes, como el calcio, para el desarrollo de las neuronas.
El cuerpo humano no distingue entre éste y el plomo. Por lo tanto, al estar expuesta a este material pesado, podría llegar con mayor facilidad al feto a través del cordón umbilical.
Por lo tanto, la exposición al plomo antes o después de nacer, puede resultar en déficit de atención, falta de concentración, incapacidad de socializar, lentitud, dificultad para hablar, convulsiones, pérdida de coordinación, hiperactividad, somnolencia, irritabilidad, problemas de audición y de equilibrio, por mencionar algunos.
Las niñas y los niños absorben 50 por ciento del plomo que ingieren (comparado con 20 por ciento que absorben los adultos) porque están en etapa de crecimiento y desarrollo; además, su comportamiento es distino, se meten las manos a la boca constantemente.
Otra forma de entrar en contacto es cuando gatean, principalmente, si habitan cerca la alguna de las industrias que lo extraen, lo procesan o lo utilizan. En el país, la intoxicación se da principalmente por el uso de greta u óxido de plomo en la alfarería en forma de vasijas de barro de baja temperatura, afirmó.
La detección de plomo se puede realizar de dos formas: una a través de una prueba de laboratorio en sangre venosa y otro, llamado método rápido, el cual funciona como un medidor de glucosa; es decir, se hace una pequeña punción en la yema del dedo, se pone una gota de sangre en una tira o reactivo y se introduce a un aparato llamado Lead Care, que da el resultado en tres minutos.
En un cuerpo bien nutrido (con un adecuado consumo de calcio, hierro, zinc), el plomo se elimina con el paso del tiempo. Por lo tanto, mientras más rápido se identifique la fuente de intoxicación y se elimine, más rápido bajarán los niveles.
En el caso de las niñas y los niños, la doctora en epidemiología ambiental, Marcela Tamayo y Ortiz, recomienda:
Alimentación balanceada y rica en calcio, hierro, fósforo y zinc y para prevenir la absorción de plomo
Revisar que el barro en el que se consumen alimentos esté libre de plomo
Cuidar que las mujeres embarazadas, niñas y niños consuman alimentos en barro libre de plomo o cerámica de alta temperatura
Procurar un ambiente de estimulación desde etapas tempranas: llamarle por su nombre, leerle, hacerle parte de las conversaciones, por ejemplo.
Con el fin de apoyar el desarrollo y crecimiento de niñas y niños libres de plomo, Pure Earth, organización civil sin fines de lucro, hizo un llamado a padres de familia, empresas, instituciones a formar parte de la Alianza Comida sin Plomo para identificar, mapear, medir y visibilizar todos los esfuerzos realizados con alfareras y alfareros para eliminar el plomo.
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