La falta de transparencia de Samsung en la disposición final del Galaxy Note 7 es un riesgo de que toneladas de minerales preciosos sean desechados en el medio ambiente sin control. Según los cálculos de Oeko-Institut, una institución de investigación y consultoría con sede en Alemania, 4.3 millones de teléfonos inteligentes contienen más de 20 toneladas métricas de cobalto, aproximadamente más de 1 tonelada de tungsteno, 1 tonelada de plata, 100 kilogramos de oro y entre 20 y 60 kilogramos de paladio.
Estos materiales podrían ser recuperados en lugar de terminar perjudicando el medio ambiente si Samsung no reutiliza estos minerales preciosos. Pese a que la empresa retiró el Galaxy Note 7 del mercado mundial y ofreció remplazos de estos aparatos, aún no ha hecho una declaración oficial que explique plenamente las causas de la avería; se ha dicho que no va a reciclar los teléfonos y tampoco ha ofrecido ninguna claridad sobre lo que va a hacer con los teléfonos devueltos.
Jude Lee, campañista de Tecnología de la Información de Greenpeace Asia Oriental, dijo que «Samsung tiene ahora la oportunidad de establecer un ejemplo para la industria: ¿Recuperará y reutilizará los metales preciosos y otros materiales valiosos en estos 4.3 millones de dispositivos y evitará un desastre ambiental o simplemente se deshará de ellos?. Estamos lanzando una petición global que desafía a Samsung para no desechar los teléfonos y tome esta oportunidad para reconsiderar la forma en que diseña y fabrica sus productos», añadió.
Millones de teléfonos en todo el mundo fueron retirados del mercado después de una serie de casos de explosiones en los dispositivos de alto perfil de Samsung, el Galaxy Note 7. En abril de 2016, Samsung esperaba vender 14 millones de este modelo en los dos primeros meses desde su lanzamiento oficial. Samsung ha producido actualmente 4.3 millones de dispositivos y vendido 1.8 millones en más de 10 países, entre ellos Corea del Sur, Estados Unidos, Canadá, México, Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Taiwán, Emiratos Árabes Unidos, y China.
En Estados Unidos – el país con la mayor cantidad de teléfonos vendidos, con un total de 1 millón – Samsung mencionó que su programa existente de devolución móvil no aplica para el Galaxy Note 7, pero no ha precisado cómo van a hacer tratar con los teléfonos, o si pasarán a través de los programas de reciclaje o de fundición.
El incidente del Galaxy Note 7 refleja el modelo económico disponible de muchos fabricantes de teléfonos inteligentes que está teniendo un impacto negativo en la reputación de la marca. El dumping de millones de teléfonos también alcanza el tema de transparencia de Samsung, que dice apoyar una «economía circular», y la responsabilidad asociada con la eficiencia de los recursos.
En 1995, tras un defecto en sus teléfonos Anycall, recién producidos, Samsung eliminó 150, 000 aparatos y les prendió fuego. Greenpeace insta a Samsung a intensificar y utilizar esta crisis como una oportunidad para adoptar un enfoque más avanzado.
«Este incidente muestra lo frágil y derrochador de nuestro sistema actual de producción es – un sistema que no ha cambiado desde la Revolución Industrial-. Samsung tiene la oportunidad de reconsiderar su modelo de producción y mejorar la recuperación de metales preciosos y minerales de tierras raras, para diseñar productos que pueden ser reparados más fácilmente, reciclados o reutilizados», dijo Lee.
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