Expertos, comunidades, guardaparques, ONG y representantes gubernamentales de los 33 países de América Latina y el Caribe (ALCAM) acordaron impulsar mecanismos que mejoren la calidad y efectividad en la gestión de las áreas protegidas y conservadas, al reconocer la invaluable importancia que tienen estos reservorios naturales para la vida de numerosas especies, la lucha contra el cambio climático y el bienestar de la sociedad, y exhortaron a los gobiernos de la región a tener una mayor ambición y una ruta común, con acciones y metas concretas, frente al marco Global de Biodiversidad Post 2020.
Al cierre del III Congreso de Áreas Protegidas de América Latina y el Caribe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), celebrado en Lima, Perú, los participantes emitieron la Declaración de Lima, en la que trazan líneas de acción para el cumplimiento de los compromisos globales del área, de cara a la próxima década que será de “vital importancia” ante la crisis ambiental y en la que se deberá lograr la articulación de las agendas de cambio climático, desarrollo sostenible y naturaleza.
La región representa el 20% de la megadiversidad mundial por lo que “la gestión efectiva de la biodiversidad y la provisión de servicios ecosistémicos son de central relevancia para todos los Estados y naciones del planeta”, señala el documento final, al reconocer que Latinoamérica ha avanzado de “forma significativa en comparación con otras regiones del mundo por la atención a las áreas protegidas y a la calidad de su gestión y resultados”, pero aún requiere una mayor participación por parte del sector privado y financiero.
“No estamos en trayectoria para cumplir las metas de Aichi. La agenda de naturaleza requiere voluntad política y un mayor vínculo con aspectos económicos. Necesitamos establecer metas de conservación de la biodiversidad cuyo objetivo sea cambiar conductas. Ámerica Latina tiene el potencial para liderar este proceso e inspirar al resto del mundo para lograr un Nuevo Acuerdo para la Naturaleza y las Personas”, dijo Manuel Pulgar-Vidal, líder global de Cambio Climático y Energía de WWF.
De acuerdo a su compromiso con la Meta 11 de Aichi, la mayoría de los países de América Latina cubren o están próximos a cumplir el 17 %de su protección en zonas terrestres y aguas continentales y el 10% en zonas costero-marinas. Esto significa que en la zona latinoamericana hay 6,921 áreas terrestres, costero-marinas y marinas protegidas que cubren 7,954,405 km2.
Sin embargo, WWF señala que persisten retos en el cumplimiento de la calidad del indicador, relacionados con la falta de conectividad entre áreas e integración a paisajes mayores, la necesidad de fortalecer la institucionalidad, un manejo efectivo y una distribución equitativa de costos y beneficios así como las capacidades técnicas, financieras y operativas para el manejo y el fortalecimiento de mecanismos y estrategias para hacer frente a los procesos de degradación, reducción y de anulación de la protección de estas áreas.
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