POR: Rafael Cienfuegos Calderón
INSUFICIENCIA.- El acceso al agua en cantidad suficiente y de buena calidad, es un derecho que la Constitución consagra para todos los mexicanos (126 millones 577 mil 691 para 2019, Consejo Nacional de Población), pero que no se cumple. No por negligencia de los gobiernos o desacato a la ley. No. La realidad es que simplemente no hay agua suficiente en el territorio. Tampoco se debe a que haya corrupción en la forma como se administra o a la visión privatizadora que se tiene sobre el recurso como afirmó Mario Delgado, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados. Los recursos hídricos están distribuidos de forma desigual, la mayoría están en el sur-sureste y en el centro y norte, donde se concentra la mayor cantidad de población y de actividades económicas, hay menos; de acuerdo a la Comisión Nacional del Agua, hay un uso desmedido de los recursos hídricos ya que de 653 acuíferos existentes en el país 105 están sobreexplotados, se les extrae mucha más agua de la que pueden captar en forma natural; hace 50 años la mitad de la población tenía acceso al agua potable, para 1990, se pasó a 78.4% y en 2018 a 91.6%, pero alrededor del 30% de la población no la recibe en cantidad ni calidad suficiente. A ello se suma un consumo promedio de 322 litros por persona al día, la pérdida del 40% en las redes de distribución, el incremento de la demanda por el crecimiento de la población, la producción de alimentos y de energía, mayor contaminación en ríos, lagos y acuíferos, el no aprovechamiento de la lluvia para infiltrar los acuíferos y humedales y regular el exceso de extracción, y que no hay proyectos para aumentar de 50 a 90% la limpieza de aguas usadas. Para Manuel Perló Cohen, doctor en planeación urbano-regional y exdirector del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, actualmente entre 12.5 y 15 millones de personas no tienen acceso al agua potable, sobre todo en el área rural y las zonas marginadas de las grandes ciudades, donde se padecen problemas de salud e higiene. Desde la década de los 70, recuerda, expertos alertaron sobre una posible crisis del agua por el incremento de la población y el desarrollo de las actividades económicas, que llevaría a que en 2050 varias ciudades padezcan estrés hídrico. Y el vaticinio de Héctor Mayagoitia Domínguez, coordinador de Sustentabilidad del Instituto Politécnico Nacional, es que para el 2030 se requerirán 16 millones de metros cúbicos de agua potable adicionales para atender los requerimientos básicos de la creciente población. La solución a la escasez, sostiene, está en parte en manos de la población mediante el ahorro de líquido, reparar fugas domiciliarias, reutilizar el agua de lavadoras y limpieza de utensilios de cocina, disminuir y reusar el líquido de la regadera, instalar llaves y tanques de WC que limiten el fluido, evitar el uso de mangueras para lavado de pisos y vehículos, y aprovechar el agua de lluvia.
MENGUA.- Estimaciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO) señalan que entre 2017 y 2030 el número de mexicanos aumentará en 13.9 millones. De ellos el 78% se concentrará en las grandes ciudades y como consecuencia se presentará una disminución de agua renovable per cápita. En 1950 había 18 mil metros cúbicos de agua por habitante al año, para 2015 se disponía de tres mil 692, y para el 2030 se estima que disminuya a tres mil 285.
ALERTA.- La diputada Miroslava Sánchez Garván, presidenta de la Comisión de Salud, alertó que el consumo de agua contaminada con arsénico y fluoruro puede causar la muerte de las personas al depositarse en toda la constitución biológica, altera el sistema reproductivo y ocasiona cáncer de vejiga. El agua que se extrae cada vez a mayor profundidad de los mantos acuíferos contiene altos índices de ambos contaminantes. En 173 municipios de Chihuahua, Zacatecas, San Luis Potosí, Durango y Jalisco la población enfrenta serio riesgo de salud.
BIEN-MAL.- La decisión del Presidente de no condonar el pago de impuestos a empresarios “privilegiados” es buena y plausible, porque manda un mensaje de piso parejo a todos los contribuyentes, pero es mala y cuestionable la de condonar 11 mil millones de pesos que adeudan a la Comisión Federal de Electricidad consumidores de Tabasco que, azuzados en 1995 por López Obrador, dejaron de pagar al declararse en resistencia civil contra las altas tarifas, por la necesidad de dinero para invertir.
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