La mayoría de nosotros (occidentales) imaginamos a los videojuegos como personajes que tienen que escalar niveles, combatir guerras, crear ciudades, etc. Y a la pornografía como un buen cuento vaquero, una película o quizá una llamada telefónica, pero pocos nos imaginamos estas dos actividades juntas.
Sin embargo, gracias al éxito del anime y manga (formas específicas de historietas japonesas) y del atractivo de las mujeres de caricatura, en Japón se ha dado cada vez con más éxito videojuegos con estos personajes.
Estos videojuegos, no comerciales fuera de Japón, son conocidos como bishojo o “juego de chicas hermosas”, hay de varios tipos: simulador de citas, novelas visuales, interacciones románticas, rompecabezas con jugosas recompensas, etc.
Dentro de este género, existen clasificaciones que miden el nivel de erotismo o pornografía, desde los que presentan sólo estimulaciones visuales hasta los pornográficos hardcore, aunque evidentemente todos son para un jugador (hombre).
Estos videojuegos han intentado entrar a nuestra cultura pero han sido muy mal recibidos y nunca sacados de manera oficial, pues además del escándalo cultural se les acusa de sexistas.
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