Seguramente, aunque no la reconozcan por nombre, en algún momento han escuchado alguna parte de la obra Carmina Burana, de hecho, lo más probable es que conozcan específicamente O Fortuna (Fortuna Imperatrix mundi para ser más exactos), pues ha sido referencia de diversas obras de música y de cine.
Entre las más importantes, al menos para el alma de esta columna: el cover de Therion en su disco Deggial, pero también otras tantas como en las canciones «Gravity of love» y «Modern Crusaders de Enigma, o “The Mass» con Era.
Pues esto que conocen, se debe originalmente a la composición del músico alemán Carl Orff quien se basó en textos escritos en latín y alemán del siglo XII y XIII, cuyo gran valor radica, además de su belleza, en ser uno de los pocos escritos o cánticos no religiosos de la época.
Así, Carl Orff estrenó Carmina Burana en 1936, que significa Canciones de Beuren o Baviera (el lugar en Alemania donde se encontraron los textos). La obra de Carmina Burana tiene como subtítulo: Cantionibus profanae cantoribus et choris cantandae comitantibus instrumentis atque imaginibus magicis que significa Canciones profanas para solistas y coro con acompañamiento para instrumentos e imágenes mágicas, título largo, pero que deja muy claro su poder y sentido de lo que originalmente eran cantos goliardos.
Basándose en estos poemas y cuentos poco eclesiásticos, Carmina Burana habla de las pasiones humanas, iniciando (y cerrando) con O Fortuna. Un canto a la diosa romana, mejor conocida actualmente como “la suerte”, posteriormente se habla de los placeres de la vida, el amor carnal, la naturaleza, el vino, la burla a los parámetros sociales, las prohibiciones eclesiásticas, narra los raptos de damiselas, exaltando el vaivén de la fortuna, la decadencia; es decir, iban en contra de todo lo que era defendido en la Edad Media (la época obscura).
Finalmente, de todos los manuscritos recopilados, la obra Carmina Burana cuenta con 25 canciones/partes integradas en cinco momentos, lo que ha permito montarse en escena con una secuencia lógica, mostrando versos en latín y en alemán (de la época), iniciando y cerrando con la famosa O Fortuna, la cual, si aún no reconocen, o conocen, les recomiendo ampliamente escuchar.
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