La carne Kobe anda muy sonada, es lo más fino de todas las carnes, el mejor corte que uno se pueda imaginar. Tiene un sabor único, es suave, jugosa, la más baja en grasa y su particularidad es que es una carne “marmoleada”, es decir, la poca grasa del animal se mezcla entre la carne, como un mosaico.
Al ser una carne tan exclusiva, me llamó la atención el creciente bum que ha tenido en nuestro país, en el que ya en cualquier lado te andan vendiendo este producto. Para darnos una idea de lo exclusivo de su producción: los japoneses consumen 1,2 millones de toneladas de carne vacuno al año, de éstas, sólo 700 son carne Kobe. Si hacen los cálculos, no sobra mucho para andar exportando.
Pues bien, paseando por la colonia Roma, me topé con un local de carne Kobe, o lo que yo pensaba que era carne Kobe, pero con la amable explicación de los dueños entendí que se trataba de un delicioso corte de carne de Wagyu.
Resulta que toda carne Kobe proviene del wey o vaca Wagyu, pero no toda carne que proviene de este animal es Kobe. Para ser considerada Kobe debe de ser Wagyu puro, el cual sólo se encuentra en Japón (pues no han permito su exportación), contar con un proceso de alimentación y cuidado riguroso (en el que los rumores cuentan que se les da un masaje diario para mantener suave la carne, además de bañarlas en sake) y con la certificación que da el gobierno japonés una vez sacrificado el animal (es decir, ya sobre la carne en si, nunca sobre el animal).
Esto quiere decir que podemos probar carne Kobe, pero siempre será exportada, pues por el momento no puede ser producida en otro país, ya que el animal únicamente se encuentra en Japón, específicamente en la región de Hyogo cuya capital es Kobe. Lo que si, pueden haber ranchos con bueyes o vacas Wagyu no puros (generalmente mezclados con Angus). Y a este animal se le da alimentación y cuidados similares, lo que produce una carne muy similar a la Kobe.
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