Se dio a conocer por parte de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO) que se observa respetable crecimiento de las prácticas urbanas de agricultura en diversas ciudades latinoamericanas; dicho trabajo se basa en los resultados de una encuesta llevada a cabo en 23 países y en los datos de 110 ciudades y municipios.
Makiko Taguchi, agrónoma de FAO dijo que «se estima que más de 800 millones de personas están involucradas en agricultura urbana y periurbana” mientras que en los países industrializados, el cultivo en las ciudades se practica casi como un «hobby». En los países en vías de desarrollo, en cambio, la agricultura urbana surge de la necesidad.
Entre las ciudades que destacan al respecto es La Habana, Cuba que por la crisis que viven hace décadas iniciaron la siembra de productos alimentarios en cualquier espacio disponible, dice la FAO en su informe y ahora la agricultura urbana pasó a ser una prioridad nacional y cerca de 90,000 residentes practican la producción de alimentos que en 2013 permitió generar alrededor de 6,700 toneladas de alimentos para casi 300,000 personas.
En el caso de la Ciudad de México que conjunta a una de las aglomeraciones urbanas más grandes del mundo su agricultura puede calificarse como periurbana e incluso suburbana; un ejemplo de ello es la instalación de camas de plantas suculentas en más de 12,300 metros cuadrados de azoteas, en escuelas, hospitales y museos.
Antigua y Barbuda se clasifica como de «ingreso alto no perteneciente a la OCDE», un estudio de 2007 reveló que el 28% de la población del país vivía en condiciones de indigencia o pobreza o se encontraba en riesgo de caer en ella. Siete años más tarde, el programa nacional de horticultura doméstica produce 280 toneladas de hortalizas anualmente y se considera un factor clave para alcanzar el objetivo Hambre Cero en el país caribeño.
Tegucigalpa, Honduras, que está entre los países más pobres del mundo, con 1,2 millones de habitantes, casi la mitad del área urbana consiste en asentamientos informales y que desde 2009, se seleccionaron cuatro de estos asentamientos para un proyecto pionero para crear huertos familiares en los patios.
Managua; Nicaragua que tiene un programa del gobierno que pretende establecer 250,000 huertos domésticos en las ciudades de todo el país para brindar a los productores urbanos pobres capacitación, acceso a insumos y asistencia, y desarrollar tecnologías de riego para superar la escasez estacional de agua.
Quito, Ecuador, en esta ciudad se acordó en el año 2000 la primera declaración que llama a las ciudades de la región a «comprometerse decididamente con la agricultura urbana», y tras 14 años y gracias a un proyecto de agricultura urbana participativo en toda la ciudad, Quito es una de las capitales más verdes de la región: según el último recuento tiene 140 huertos comunitarios, 800 huertos familiares y 128 huertos escolares.
Lima, Perú, en el río Rímac es la base de suministro de agua para sus 9,6 millones de habitantes y se usa para irrigar gran parte de sus 12,500 hectáreas de tierras agrícolas periurbanas. Pero también es el principal destino de eliminación de residuos. Un proyecto propone reducir la presión sobre los recursos hídricos y aumentar la producción de alimentos depurando y reutilizando 300 millones de aguas residuales al año para irrigar zonas verdes y áreas agrícolas.
El Alto, Bolivia, a principios de los años 2000, más del 70% de la población de esta ciudad boliviana vivía en situación de pobreza y alrededor del 40% de los niños menores de 5 años estaban malnutridos debido a un consumo extremamente bajo de proteínas animales, frutas y verduras. Este plan de agricultura urbana ha tenido un impacto duradero y positivo en los barrios más pobres de la ciudad de 890.000 habitantes, asegura el organismo.
Belo Horizonte, Brasil, entre algunos de los planes ejecutados como parte del Programa Hambre Cero se incluyen los proyectos de apoyo a la agricultura doméstica. Según la FAO, estas iniciativas han logrado en los últimos seis años que baje de 50 a 30 millones el número de personas que sufren inseguridad alimentaria en el país.
Rosario, Argentina tiene 1,35 millones de habitantes, tras la debacle económica de 2001, el gobierno municipal inició un programa de agricultura urbana y desde entonces, esta práctica en Rosario ha evolucionado paralelamente a la recuperación económica de Argentina. Hoy en día, el número de ciudadanos que practican la horticultura es de alrededor de 1.800, de los cuales 250 son productores a tiempo completo organizados en la Red de Huerteras y Huerteros.
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