En Ambiente

Claudia Edwards, entre los rescatadores caritativos que salvan a los gatos en Vietnam

La veterinaria Claudia Edwards, de la organización protectora de animales Humane Society International, sección México, forma parte de un equipo de rescatadores de HSI con presencia en Vietnam que buscan cerrar definitivamente una granja de engorda y matadero de gatos donde se sacrificaban felinos para el comercio de su carne.

Esta es la sexta granja de carne de perro o gato que HSI cierra en Vietnam como parte de una campaña más amplia para acabar con dicho comercio; y es la segunda vez que la Dra. Claudia Edwards se une al equipo para ayudar a los gatos rescatados del sacrificio. Se calcula que en Vietna se mata a 1 millón de gatos al año, además de a 5 millones de perros, pero recientes sondeos de opinión muestran que la mayoría de la población (71%) apoya la prohibición tanto del consumo como del comercio de la carne de gato.

Nguyễn Đức Thịnh, de sesenta y un años, quien dirigiera el lugar durante cinco años en la comuna de Quyet Thang, ciudad de Thai Nguyen, expresó su alivio por haber dejado atrás esa crueldad contra los animales gracias al programa caritativo. En virtud de su colaboración con el programa Modelos para el Cambio de HSI, el criador recibió una subvención única que le ha permitido cerrar definitivamente su negocio y dedicar la propiedad al cultivo de té, guayaba y pomelo para los mercados locales. El Sr. Thịnh compraba gatitos en las aldeas locales y los engordaba hasta que llegaban al peso de sacrificio, para después escaldarlos en agua hirviendo y finalmente ahogarlos. Él declaró que, a pesar de obtener un ingreso redituable, le pesaba en la conciencia la culpa de causar tanto sufrimiento y ser consciente del potencial de propagar la mortal rabia.

Al cierre de la granja, la doctora Edwards y el resto del equipo de HSI rescataron a 20 gatos que fueron trasladados a un centro de acogida ex profeso de la Universidad de Agricultura y Silvicultura Thai Nguyen para que recibieran atención médica. La doctora Edwards también capacitó a veterinarios y autoridades locales sobre el comportamiento y el bienestar de perros y gatos para que comprendieran mejor las necesidades y respuestas emocionales de los animales y, en consecuencia, pudieran interactuar con ellos y tratarlos con delicadeza y sin estrés.

La doctora Edwards, directora de programas de HSI/México, reportó: «Hemos podido salvar a los 20 gatos jóvenes encontrados en esta granja de engorda, que ahora están recibiendo atención veterinaria urgente y una buena nutrición para ayudarles a recuperarse tras las terribles circunstancias en las que estaban enjaulados. Muchos de los gatitos sufrían enfermedades de la piel, infecciones oculares y desnutrición, lo que por desgracia es bastante común pues se les separa de sus madres demasiado jóvenes y vulnerables para venderlos a este cruel comercio. Todos estos gatos serán enviados a los Estados Unidos, para encontrarles un hogar, y gracias a nuestro programa Modelos para el Cambio, las instalaciones del Sr. Thinh no volverán a ser escenario de sufrimiento animal para el comercio de carne de gato.»

La mayoría de los gatos que se sacrifican así en Vietnam son callejeros o mascotas que caen en trampas cebadas con comida mientras deambulan por las calles. Otros llegan de contrabando en camiones y autobuses desde las provincias vecinas, e incluso desde países como Camboya. Tras su captura, los hacinan en jaulas y los transportan distancias increíbles, a menudo durante más de 24 horas sin descanso, comida ni agua y en condiciones asfixiantes. Las granjas de engorda de gatos como la del Sr. Thinh son mucho menos comunes a nivel nacional, pero más habituales en lugares donde es redituable vender carne de gato, como en Thai Nguyen.

El señor Thinh relata: «Cuando empecé con el negocio hace cinco años, no tenía ni idea de que el comercio de carne de perro y gato estaba relacionado con la propagación de la rabia y otras enfermedades, y nunca esperé verme tan afectado por el sufrimiento de los gatos. Ahora que soy consciente, siento un inmenso remordimiento y un enorme alivio al dejarlo todo atrás. Deseo llevar una vida tranquila que se base en el cultivo. El comercio de carne de perro y de gato es un riesgo para la salud de las personas y de los animales, por lo que estoy muy orgulloso de formar parte del programa Modelos para el Cambio de HSI. Sin ellos, mi nueva vida nunca habría sido posible».

Además de lanzar Modelos para el Cambio en Vietnam en 2022, HSI ha trabajado con el programa en Corea del Sur desde 2015, logrando que un esquema similar se convirtiera en parte de la prohibición legislativa de la industria, aprobada por la Asamblea Nacional de Corea del Sur en enero de este año. HSI espera que la prohibición de Corea del Sur cree un modelo de cambio que el gobierno de Vietna también pueda emular.

Quang Nguyen, líder del programa de responsabilidad para animales de compañía de HSI en Vietnam, informó: «Nuestro programa Modelos para el Cambio aquí en Vietnam está demostrando que los propietarios de negocios de carne de perro y gato, como el Sr. Thinh, pueden ser parte de la solución para acabar con estos crueles y peligrosos comercios. El tráfico y sacrificio de millones de gatos y perros para la venta de su carne cada año, ya sean robados en las calles, introducidos de contrabando en el país o transportados en viajes que a veces atraviesan todo el condado desde granjas de engorda, pone en peligro la salud humana y causa un inmenso sufrimiento a los animales.»

La relación entre el comercio de carne de perro y la propagación de la rabia mortal ha sido bien establecida por la Organización Mundial de la Salud y otros organismos, pero los gatos también son susceptibles a la rabia, por lo que el comercio combinado socava los esfuerzos de eliminación de dicha enfermedad. Esta es otra razón de peso para acabar con el comercio.

Datos sobre el comercio de carne de gato:

Los platos de carne de gato llamados «thịt mèo» (carne de gato) y «tiểu hổ» o «pequeño tigre» son especialmente comunes en los alrededores de la capital, Hanói, y en las provincias del norte.

El norte de Vietnam comparte una gran frontera con el sur de China, donde la carne de gato y los gatos son fáciles de conseguir y de traficar. En 2015 se interceptó en Vietnam un camión cargado con miles de gatos en cajas de bambú que eran objeto de tráfico desde China. A pesar de que los grupos en defensa de los animales suplicaron que se les ofreciera ayuda, las autoridades enterraron vivos a los gatos. En 2017, las autoridades vietnamitas detuvieron un camión que transportaba 1.5 toneladas de cadáveres putrefactos de gato y pollo que se dirigían al «punto caliente» de consumo de carne de gato de la provincia de Thai Binh. En 2018, nueve cajas frigoríficas que contenían casi una tonelada de gatos congelados fueron interceptadas entre la provincia de Dong Nai, en el sur, y de de Thai Binh en el norte.

En 1998, el Primer Ministro promulgó una directiva que prohibía la caza, el sacrificio y el consumo de gatos, con el fin de fomentar su tenencia responsable para mantener la población de ratas bajo control. Sin embargo, apenas se tomaron medidas para combatir el comercio y la directiva fue finalmente derogada en 2020.

Una encuesta de opinión de Nielsen realizada en octubre de 2023 y encargada por HSI demuestra que la carne de gato se consume por una minoría relativa de la población vietnamita (21%). Las principales razones para no consumir carne de perro y gato incluyen la creencia de que son animales de compañía y la aversión a la crueldad animal.

La encuesta también muestra que un asombroso 87% de los encuestados ha sufrido el robo de un animal de compañía o conoce a alguien al que se lo hayan robado. El robo de animales de compañía se está convirtiendo en un problema social cada vez más grave en este país, donde la población amante de los animales y propietaria de mascotas está cada vez más harta de la falta de la aplicación de la ley para proteger a sus animales de ladrones y comerciantes sin escrúpulos.

La encuesta en línea de Nielsen a ciudadanos vietnamitas se realizó en septiembre de 2023 a una población entre 25 y 60 años, con una muestra total de 800 personas y un margen de error de +- 2,53%.

Acerca de Juan Carlos Machorro

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