Los daños económicos de las inundaciones pueden variar, pero siempre de alguna forma generan un gran impacto social. Sin embargo, los especialistas sostienen que la situación se vuelve más compleja cuando los edificios afectados son hospitales o centros de atención médica.
Hace poco más de dos semanas, se registró en la Ciudad de México un fenómeno climático que afectó -en especial- la zona poniente de la Ciudad de México y el municipio mexiquense de Huixquilucan. Además de los múltiples encharcamientos e inundaciones, una institución hospitalaria tuvo que ser evacuada porque se desbordó el río La Pastora. Gracias a la acción de las autoridades en coordinación con las de la institución, no se tuvo que lamentar pérdidas humanas.
Por ello, David Cabrera, Business Development & Planning Manager de Emerson Network Power, declare que “dentro de los procesos críticos que podrían ser afectados por falta de energía en una institución médica se encuentran los quirófanos, los estudios radiológicos, el monitoreo de signos vitales, el suministro de agua, la máquina de anestesia, los sistemas de esterilización, la presurización de tomas de oxígeno, aire y óxido nítrico. Y en algunos de los casos, la interrupción eléctrica puede causar fallas en los equipos principalmente de radiología por ser, de alguna forma, apagados incorrectamente”.
Las inundaciones es un ejemplo de contingencias que pueden causar el corte del suministro eléctrico. Este tipo de eventos puede impactar de diferentes formas al sistema hospitalario, lo cual se traduce en riesgo para la integridad de los pacientes y su personal, y también genera costos económicos en reparar los equipos o adquirir unos nuevos.
En la actualidad existe una serie de normas nacionales que especifican los requerimientos mínimos de infraestructura eléctrica con los que debe de contar un hospital (nom-197-ssa1-2000, que establece los requisitos mínimos de infraestructura y equipamiento de hospitales y consultorios de atención médica especializada).
Precisó que “si bien la mayoría de los hospitales y clínicas de buen nivel cumplen con dicha normativa, en la mayoría de los casos esto se reduce a la utilización de plantas de respaldo de emergencia que efectivamente proporcionan energía. Dicho en otras palabras, su suministro no es continuo durante la falla y estos equipos requieren de un tiempo determinado para ponerse en marcha. La falta de energía es registrada por los diferentes equipos del complejo, esto puede dañarlos o interrumpir funciones críticas en las que se estén ocupando”.
Esta empresa sostiene que ninguna instalación eléctrica está diseñada para soportar fenómenos meteorológicos extremos. De tal manera que es vital contar con un plan estratégico para los diferentes factores que puedan interrumpir el suministro eléctrico, incluidos los demás servicios que dependen del mismo. Sobre todo, en aquellas zonas geográficas que sufren de forma regular fuertes lluvias o la llegada de huracanes.
Ante estas contingencias ambientales es necesario que los centros de salud estén preparados con equipos de alimentación eléctrica ininterrumpidos (UPS) que proporcionan disponibilidad de carga para los diferentes procesos críticos. Con el fin de proporcionar energía a cada uno de los procesos críticos dentro de hospitales y clínicas, esta empresa dijo tener una gama extensa de equipos de respaldo.
A lo cual, su directivo abundó que “entre ellos figuran los UPS encargados de proporcionar energía ininterrumpida en cuestión de milisegundos y los Tableros de transferencia (ATS, por sus siglas en inglés) responsables de conmutar entre dos fuentes de alimentación; generador auxiliar y acometida tradicional. De esta manera, los equipos encargados de transferir y enviar la señal al generador auxiliar actúan; envían la señal de que es el momento de entrar en funcionamiento a falta de energía eléctrica en la acometida de la CFE”.
Si hablamos en qué términos puede ahorrar un hospital al contar con un sistema energético eficiente, definitivamente el mayor ahorro consiste en garantizar y salvaguardar la integridad del paciente, así como evitar procesos de demanda sumamente costosos por no contar con la infraestructura necesaria, menciona David Cabrera.
Como segundo término debemos pensar en la inversión que realizan los hospitales en equipo médico los cuales pueden ser dañados fácilmente por alteraciones en el suministro eléctrico, agrega el especialista.
Es crítico trabajar en planes de contingencia para garantizar el suministro eléctrico en las instituciones médicas. Por esto es necesario que los equipos de tecnología de los hospitales sumen este tipo de productos a su infraestructura para asegurar el normal funcionamiento de los equipos.
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