TODAS LAS RAMAS DEL ARBOL TIENEN LA MISMA RAIZ.
Recientemente disfrutamos de lo que nos hemos empeñado a creer que es tan nuestro que nos negamos a ver más allá de nuestras raíces verdaderas y lo que el futuro nos espera a lo que denominamos como tradiciones tan mexicanas.
Me refiero a las recientes festividades de día de muertos y fieles difuntos. Resulta complicado romper el paradigma del verdadero origen y su vinculación a la época prehispánica, sin saber que nuestra tradición más bien viene de un nacimiento mestizo y de una formula evangelizadora probada y comprobada tiempo atrás con la religión pagana de la festividad celta del samhain day, que poco a poco se ha desvirtuado a lo que aun hoy día no pierde el significado mismo de la celebración, el hollows day o día de las almas, misma que daba entrada a la convivencia de dos mundos, el terrenal y el espiritual, que así como los buenos espíritus tenían cabida para convivir con los seres vivos también se estaba expuesto a los malos espíritus, mismo que alimentaron la tan mal infundada tradición del halloween y mostró la intolerancia misma religiosa y la justificación pura para los actos sádicos de cacería de brujas (os), personajes que buscaban en su credo la misma iluminación y el conocimiento. Acto por demás criticado en la pujante época del oscurantismo.
Los altares que acostumbramos montar para veneración y recuerdo de nuestros difuntos tienen por una parte la usanza romana de adoración de ídolos previos a su conversión al cristianismo y otra en la adoración de las reliquias de diferentes santos de la cristiandad que aunados a la fecha de las festividades celticas –paganas. Forjaron el origen de las festividades, tratando de arrancar en el México colonial las costumbres de los tzompantlis y las prácticas habituales de los sacrificios humanos en Mesoamérica.
Esos pendones alimenticios que dan fondo y forma a la tradición mexicana como son las calaveritas de azúcar, los golletes, alfeñiques, pan de muerto, entre muchos más poco a poco ceden lugar a lo que ahora es inevitable.
Las celebraciones de día de muertos mexicana, o da lugar a una extensión de un día más con el halloween “gringo” o veremos de forma irremediable la perdida de las celebraciones mexicanas, y es que a riesgo de ser criticado, veo que las tradiciones se forjan de los gustos colectivos y por el momento atrás ha quedado la idea de los campaneros que acudían a rezar a las casas y como recompensa obtenían lo que llamamos “ calaverita” por el dulce o truco que piden los infantes disfrazados de súper héroes gringos, princesas y personajes de películas de terror hollywoodenses.
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