En el marco de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, Agua Capital organizó una mesa de diálogo para discutir y proponer soluciones a los grandes retos en la agenda pública y la sociedad en general, relacionados con el acceso seguro al agua potable y saneamiento para la población.
En esta mesa participaron Blanca Jiménez, Directora General de la CONAGUA, Rafael Carmona, Coordinador General de SACMEX, Eduardo Vázquez, Director Ejecutivo de Agua Capital, A.C., quienes destacaron las principales acciones y esquemas de colaboración que están impulsando tanto las autoridades, como los distintos sectores de la sociedad para facilitar el acceso al agua potable, así como los aprendizajes y mejores prácticas que se han adquirido a través de ello.
En México, de acuerdo a la CONAGUA, aproximadamente 10 millones de personas no tienen acceso al agua, y muchos de los que tienen este servicio, desconocen su calidad o no lo reciben de manera continua. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) estima que sólo el 53.6% de la población tiene acceso diario al agua en su vivienda, mientras que INEGI estima que por la falta de acceso al agua, 1 de cada 3 personas deben acarrearla a sus hogares, principalmente mujeres y niños
SACMEX por su parte, tiene diferentes programas especiales de apoyo a diferentes localidades de la ciudad donde es muy difícil el acceso al agua por su lejanía o su mala calidad de infraestructura. La falta de continuidad del servicio a los habitantes se traduce en que 26% de la población no recibe cantidad suficiente de agua, 15% no cuenta con servicio diario y 1.8 millones de personas se surten con tandeo.
En este sentido Blanca Jiménez, Directora General de la CONAGUA, destacó que en esta crisis sanitaria se ha aumentado entre un 25 y 30 % el consumo domiciliario de agua debido a que la gente pasa mayor tiempo en sus hogares, comprometiendo así el abasto y provocando que la operación de distribución ajuste su dinámica, al realizar suministros más grandes a las zonas habitacionales que a los lugares de trabajo.
El reto, destacó Rafael Carmona es poder llevarla a diferentes puntos de la Ciudad. Una de las problemáticas que se enfrentan es llevar agua a zonas altas, ya que por los asentamientos irregulares es más costoso por la presión de subirla, además de que ha provocado varios accidentes.
Los panelistas señalaron que en este contexto, y ante la situación de emergencia derivada de la pandemia ocasionada por el Coronavirus, se requiere impulsar soluciones que contribuyan a atender a la población más vulnerable y mitigar los riesgos sanitarios en las ciudades, dado que el acceso al agua, de manera continua y segura, es una condición indispensable para la salud de las personas.
Es un reto muy grande buscar solución a los problemas, se necesita un trabajo entre varios sectores, tanto gubernamentales como de sociedad. Hay que reforzar la comunicación entre los diferentes actores que manejan la infraestructura hidráulica. No hay una sola causa que origine todos los problemas y es importante catalogarlos para que cada sector tome su liderazgo.
Una reflexión importante fue la del derecho al agua, que si bien es algo tangible, lo cierto es que la gente no ve el esfuerzo y costo que implica llevarla a casa de todos. Gran porcentaje de la población no paga los recibos del agua, comprometiendo el pago de muchos proveedores como el de la luz, la cual es indispensable para hacer trabajar las bombas que distribuyen el vital líquido.
“La situación que estamos viviendo en estos momentos, es un llamado a actuar y colaborar entre todos los órdenes de gobierno y la sociedad en general. Queda en evidencia la necesidad de fomentar la colaboración y suma de esfuerzos para atender el reto de la seguridad hídrica entre todos los sectores, ya sea público, social, privado, académico, especialistas y la ciudadanía”, destacó Eduardo Vázquez.
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