En la semana encontré un artículo muy interesante que se publicó en Kotaku (http://kotaku.com/online-passes-treated-every-customer-like-a-shoplifter-1449547850)
Escrito por Owen Good, de una manera muy asertiva, lanza una crítica que todos los videojugadores hemos sufridos desde hace tres años.
Los infames “online pass”, esos código de un sólo uso y que validan que hemos comprado el juego por primera vez y no hemos cometido el “pecado” de conseguirlo seminuevo o rentado.
Owen menciona que al comprar un juego, por ejemplo de Xbox 360, tiene todo un ritual: primero quita con cuidado el celofán, luego, la etiqueta del certificado de autenticidad y, finalmente, el insulto mayor, el online pass. Son como tres pasos que nos recuerdan que deben estar ahí, porque, no vaya a ser que nuestra compra no haya sido legítima…
Ya antes he comentado eso, pero es realmente molesto que se nos trate como rateros y que el infame código active funciones que ya vienen en el disco, sobre todo lo de jugar en línea, como si fuera nuestro castigo por no darles dinero el día que se puso a la venta el juego.
Lo peor es que no se diga directamente que somos unos ingratos por no comprar el juego nuevo, ¡no, para nada!, se nos trata, además, como imbéciles al decirnos que es “un pase” y que ese “pase” nos da beneficios al estar dentro de “un club”, pero, en realidad, el pase nos debería dar extras que no están disponibles en el disco, o así lo veo yo, es decir, el juego debería estar completo con o sin pase, y si lo activo entonces recibir recompensas, desde cosas sencillas como fondos de pantalla o íconos personalizados hasta niveles o personajes, siempre y cuando, estos no vengan en el disco.
Pero los estudios sacan la carta de que “les estamos robando”, porque accedemos a servicios o contenidos “sin pagar”. Momento… ¿sin pagar?, pero alguien pagó por ese juego y luego tiene todo su derecho de deshacerse del juego y yo el derecho a comprarlo usado, el estudio recibió su parte con la primera compra y eso es todo lo que se merecen, no más.
Pero claro, el mercado de segunda mano es, en sus palabras, “peor que la piratería”, lo curioso es que todo este lloriqueo comenzó hace poco y, coincide con el problema de darle más peso a los valores de producción y descuidar el aspecto jugable, por ejemplo, Homefront, un juego de disparos en tercera persona que dura, si acaso, unas 5 horas… ¿entonces debo pagar el precio completo por un título tan corto y luego no venderlo?, ¿en serio?
Hay juegos que vale la pena conservar, o si son como yo que los coleccionan, pues entonces ahí siempre estarán, en la “juegoteca”, pero aun así, me sorprende la actitud de la industria que exige derechos que no les corresponden, si ellos no fueron capaces de ver que elevar el costo de desarrollo traía consecuencias, es su problema; si ellos creen que todos los juegos deben venderse como mega éxitos, es su problema; pero lo más importante, si ellos desde un inicio decidieron no confiar en nosotros, ¿porqué debemos confiar en ellos?
¿Impuesto a los videojuegos?
Diputados del PRD propusieron agregar un impuesto del 10% a los videojuegos, según ellos, para mejorar la salud de los niños mexicanos…
Para empezar, se me hace por demás absurdo que se saquen la carta de “por la salud”. No, queridos lectores, que no nos quieran ver la cara, esa es sólo una excusa barata, muy barata y muy estúpida.
Es importante notar que se quiere mejorar la salud de “los niños”, porque ojo, no es de todos los mexicanos, sólo de los niños, porque, al parecer, estos legisladores no conciben que un adulto pueda jugar, claro que no, esos “jueguitos” son sólo para los niños.
Luego dicen que es porque ya no socializan y, en un increíble gesto de idiotez, sacan la otra carta fácil: “porque los juegos los vuelven violentos”.
Ya antes he escrito que no hay un estudio que sea confiable y que diga que los juegos fomentan la violencia. Es más, ya también he mencionado que todo esto de los videojuegos, cuando se trata de niños, es responsabilidad de los padres.
Pero lo que más me molesta es que se crea que al subir el precio hará que el consumo baje. ¡Claro que no!, si un niño no puede pagar, ¿qué le impide que lo consiga pirata?. Nunca debemos subestimar su inteligencia. Es más, esto se aplica para todo en la vida, si se busca limitar el consumo de refrescos, golosinas y juegos subiendo el precio, sólo conseguirán que de una forma u otra lo obtengan de menor calidad o ilegalmente.
Además, volviendo al tema de salud, si el gobierno quisiera hacer que los pobres niños hicieran ejercicio y socializaran, las consolas actuales poseen la tecnología para crear títulos que fomentan eso. De hecho, yo creo que sería una forma muy buena hacer que los niños aprendieran muchas cosas, a través del juego, pero claro, ¿los diputados cuando menos tuvieron la mínima intención de informarse?, claro que no.
Pero bueno, así es México, así es nuestra clase política. Al final día… ellos ya cobraron.
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