Las flores de dalia han conquistado al mundo por su belleza y por su diversidad en forma y colores; desde tiempos prehispánicos fueron utilizadas para adornar templos y casas durante los rituales y, fuente de inspiración para crear vasijas o elaborar collares.
Conocida por los aztecas como acocoxóchitl, la dalia fue declarada en 1963, por el entonces presidente Adolfo López Mateos, como “Símbolo de la Floricultura Nacional”, por ser una digna representante de la diversidad de flores nativas de México.
Sus principales productores son Morelos, Puebla, Estado de México, Michoacán y la Ciudad de México; en nuestro país existen 36 especie reportadas del género Dhalia, indica la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).
Esta flor también se come y se elaboran recetas que tienen como base sus raíces y flores, algunos platillos son: «pollo con papas de dalia», “ceviche de pescado con tubérculos de dalias” y “aguacates rellenos de tubérculos y pétalos de dalias”. Esta flor está muy ligada a nuestra cultura, historia y tradición, pues posee características únicas que han impactado al mundo.
En la medicina tradicional, la raíz de la dalia es utilizada para combatir la tos crónica; las hojas y la savia para los fuegos labiales; los bulbos hervidos son un buen diurético. Algunas especies crecen en áreas reducidas, como Dahliamacdougallii que solo se ha encontrado en una localidad de Oaxaca.
La producción de Dalia en la Ciudad de México es de aproximadamente 800 mil plantas por ciclo anual, con un valor comercial cercano a los 2.6 millones de pesos; se producen principalmente en Xochimilco y Tláhuac.
Estudios científicos realizados por instituciones como la Universidad Autónoma Chapingo, la UNAM, la Universidad Autónoma del Estado de México, la Asociación Mexicana de la Dalia, entre otras, han encontrado diversos usos y potencial alimenticio en los tubérculos de la dalia, entre los que resaltan los siguientes:
- Bajo contenido de calorías, fibra dietética útil para una adecuada digestión.
- Inulina, carbohidrato probiótico que ayuda al crecimiento de la flora intestinal benéfica.
- El agua de cocimiento, sirve para té o mezclada con fruta para agua fresca.
- Cuenta con ácido benzoico el cual elimina los hongos parásitos,
- Los pétalos contienen antioxidantes naturales.
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